La subrogación, o maternidad por encargo como primero se llamó, era utilizada como remedio a la infecundidad de una pareja heterosexual: Una mujer casada, con hijos, que acepta portar el embrión formado mediante fecundación “In Vitro” con el óvulo de su hermana, casada y sin hijos (por una mal formación que le impide gestarlos) con semen del marido de la mujer estéril, esto es que la pareja son los padres biológicos, y la madre gestante o portante, la generosa hermana. Su presentación es eminentemente altruista.
La permisividad de algunos Estados o la falta de legislación de otros, ha dado lugar a que las técnicas se apliquen a mujeres solas y por este camino a parejas de lesbianas y mediante el alquiler de vientre a parejas homosexuales, como en el caso de la pareja gais de españoles que logró hacer realidad, dice la información (EL Tiempo, octubre 5/14), su deseo de ser padres mediante el alquiler del vientre de una joven norteamericana a quien le pagaron una suma previamente pactada. “En el caso de Jordi y Josep, cada uno fecundó con su semen nueve óvulos de una donante - distinta de la mujer que llevó a la bebé en su vientre en un procedimiento in vitro. Después, a la “portadora” se le implantaron dos embriones, uno de cada uno, con la soterrada intención de mantener en secreto cuál es el verdadero padre biológico, aun cuando una prueba de ADN señalara quién lo es. El periódico El Tiempo en publicación dominical (27.08.2017) trae la siguiente noticia “…un hombre gay y un transexual estaban a punto de ser padres biológicos”. En realidad, el transexual había nacido mujer, mantenía intactos sus órganos femeninos y quedó en embarazo mediante el método “antiguo”, según su propio dicho, se supone que el moderno es la fecundación in vitro, al que acuden algunas mujeres para no dañar la figura o algunos homosexuales, en este caso mediante la fecundación subrogada. También para una mujer sola o para un hombre solo o con pareja. Son muchos los casos de famosos: Ricky Martin es padre biológico de Mateo y Valentino mediante subrogación, según su propio dicho, “él hace de papá y mamá”; Miguel Bosé tiene cuatro, dos pares de gemelos: Diego y Tadeo - Ivo y Telmo; igual el caso de Cristiano Ronaldo quien, en dos ocasiones acudió al alquiler de vientre para ser padre, en la segunda ocasión tuvo (mejor obtuvo) mellizos y un poco después un nuevo hijo con su actual pareja, esta vez, supongo, por el método antiguo.
Es el imperio del deseo. Yo lo quiero y puesto que la técnica que en principio se pensó para las parejas heterosexuales infecundas lo permite, pues la aplicamos y, no obstante que hay elementos que merecen estudio especial (que incluso ha llevado a que en muchos países se prohíba, sin que, desde luego, pueda impedir que la pareja viaje a otro país en donde esté permitida y logren su deseo), en otros la falta de norma que lo impida, como en Colombia, distintos Institutos la faciliten. Por este camino tendremos la clonación, participo de la opinión del columnista Jaime Campmany quien hace años escribió que si la técnica ya existe, algún día, no obstante la al parecer unanimidad de rechazo, aprovechándose de la falta de norma que lo prohíba expresamente, algún científico en busca de notoriedad nos presentará un hecho cumplido.
Mientras que en un principio las parejas infecundas buscaban la mujer que accediera a la maternidad subrogada, en la actualidad el alquiler de vientres lo proponen las mujeres que están dispuestas a facilitarla. El Tiempo de 7/09/2017 titula: “En Colombia se alquilan vientres desde $5 millones”. En Colombia no está permitida la subrogación, pero como no existe una abierta prohibición, hay clínicas que la facilitan. La publicación añade: “…se consiguen úteros desde los 5 millones hasta los 40 millones… al final una pareja heterosexual termina pagando 100 millones de pesos, cifra que se incrementa a 300 millones si el bebé lo solicitan parejas del mismo sexo”. No se dice por qué la diferencia en el precio, supongo que por las dificultades de inscripción. En efecto, según el mismo relato, “obvio que no se registra a nombre de quien ha alquilado el vientre, eso es algo que la pareja debe hacer con todo tipo de maromas”. ¡Vaya por Dios!
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