Pensaba que el campeonato mundial de fútbol 2018 sería también un alivio para el pueblo colombiano, pues como es sabido, no hay deporte o actividad que convoque o reúna más adeptos. Lo que deducía con carácter general se convirtió en un alivio personal. Un accidente me obligó a recuperarme enclaustrado en mi casa viendo por televisión los 64 partidos del Mundial, lo vi todo, incluso, cuando el tedio me llevaba a prender la TV después de los encuentros, conectaba el canal 1617 en donde en cadena retransmitían las escenas más importantes y luego en otros canales los comentarios de los analistas nuestros. Alguna frase importante entre tanta necedad, todos tienen o muestran cara de maestros para dar sus versiones y pontificar sobre el fútbol o los resultados, bueno, hasta predecían el futuro. A ver si alguien le enseña a Iván Mejía que el beneficio de inventario es un término hereditario, que por más que se empeñe no puede aplicarse a una jugada o a una decisión arbitral a las que les cae mejor el beneficio de la duda.
Al final duele apreciar como los resultados son utilizados por algunos comentaristas para autoelogiarse y mostrarse como poseedores de la verdad. Señores, por más técnicas y tácticas que se apliquen y preparación que se tome, el fútbol siempre será un juego. Los aficionados buscamos explicaciones fáciles ilustradas con las imágenes. Los partidos de fútbol no son batallas: nosotros no nos enfrentamos con la Pérfida Alvión; el fútbol colombiano se enfrentó con el fútbol inglés. Además es una fiesta y una pasión, porque así lo quieren los aficionados; si no que lo digan todos aquellos que acompañaron el paso de la selección Colombia desde El Dorado al estadio El Campín, no digo de los que colmaron el estadio que al menos vieron a los jugadores, no, los que se apostaron en la vía para ver pasar el bus cerrado en donde se transportaban los jugadores.
Del torneo hay mucho que escribir, ya lo hicieron los profesionales. Yo no sé, ni diré de tácticas o estrategias, me quedo con la entrega de los jugadores. No tuvimos suerte: a) Llegamos con lesionados: Aguilar, Cristian Zapata y Borja; la de James Rodríguez se refleja en todo el equipo. b) En el primer partido a los 3 minutos, penalti y expulsado. c) la pérdida del primer partido, de tres, que es la etapa eliminatoria por grupos de cuatro, condiciona, pero se superó. Con Inglaterra, no se perdió por el árbitro; desde el inicio del torneo la FIFA alertó que debía acabarse con los forcejeos en el área en el cobro de las faltas o en los tiros de esquina, los árbitros lo reiteraban en los partidos; Sánchez terminó abrazando y cayendo sobre Kane, además el cabezazo de Barrios en el área era expulsión, caímos honrosamente en los tiros desde el punto penal, creí (como todos los colombianos) que ganábamos cuando Ospina atajó el tercer disparo de los ingleses, luego ellos no fallaron y Uribe y luego Bacca no tuvieron fortuna, y lo digo así, porque no son culpables, inciden muchas cosas, el compromiso y la fatiga después de 120 minutos, además, penaltis han desperdiciado todos los jugadores.
De los demás equipos vimos lo bueno y lo malo. Hubo partidos memorables Portugal - España (3-3) que hizo creer en ellos, después se fueron con más pena que gloria (lo de España estaba anunciado con el despido de su entrenador, incluso contra el querer de los jugadores. Lopetegui a propósito estuvo en Manizales cuando el mundial Sub 20), Bien Francia con sus nuevas figuras Mbapé. Pogba, Griezman, Pavard, Varane y Kanté, quien lo dude, tenga en cuenta que Francia eliminó a Argentina, Uruguay, Bélgica y Croacia sucesivamente. También brillaron Bélgica con Hazard, De bruyne, Lukaku y, Courtois. Brasil, aun cuando fue eliminado por Bélgica en partido que bien pudo ganar y, Croacia conducida por Luka Modric; cuando parecía que terminarían agotados por las prórrogas, empujados por su líder y una voluntad de hierro superaron a Inglaterra y llegaron a la final.
La decadencia del fútbol latinoamericano es manifiesta y viene de lejos. De la contratación temprana de las nuevas figuras por equipos europeos con el perjuicio de armar una selección, pues entonces esta debe hacerse con los que juegan fuera con las dificultades que acarrea pues el seleccionador solo contará con poco tiempo y si se trata de grandes estrellas más, porque estas deben cumplirles a sus equipos en las fases finales de los torneos en los que compiten que, obviamente se refleja en el estado físico con el que se concentran. Rendimos además un precio desmedido a las individualidades en perjuicio del colectivo. Véase el caso de Argentina, arman una selección alrededor de Messi y, cuando él falla o es limitado por los contrarios el equipo no tiene otra fórmula. A nosotros nos pasó con James que llegó “tocado” a la concentración, lo rescatamos para el partido con Polonia (que fue lo mejor que exhibimos) y lesionado de nuevo debimos apañárnoslas con un equipo voluntarioso pero limitado. A propósito, que escándalo el de los periodistas porque supuestamente se les ocultaba la lesión de James, cuando los hechos son claros, llegó lesionado (El Bayer lo utilizó a cuenta gotas en los partidos finales), se le cuidó en el partido inicial, se le encontró en forma para el encuentro con Polonia y es manifiesto que rindió, pero se resintió y luego no logró rehabilitarse. ¿Que se le debió guardar para los partidos finales? ¿Cuáles? El partido con Polonia era una final. Si no lo ganábamos estábamos eliminados. Esa es la verdad que muestran los hechos. (continuará...).
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