En el mundial de Rusia fueron muchos goles que se lograron con acciones a balón parado, incluso nosotros con Jerry Mina. Sin embargo, destacan y gustan más las acciones que dan espacio al lucimiento personal y colectivo, de las cuales tuvimos buenas demostraciones especialmente por Francia, Bélgica y Croacia, en todo el campeonato, o chispazos como los de México ante Alemania, Colombia ante Polonia, Alemania frente a Suecia, o España contra Portugal, Uruguay ante Portugal y Brasil ante México o frente a Bélgica que perdió, pero igualmente pudo ganar. O el lucimiento de los porteros, que los hubo muy buenos: Lloris (lástima el gol que se hizo en la final contra Croacia), Ochoa, Courtois, incluso Ospina.
También quedó demostrado que aún las estructuras mejor logradas o los modelos más bien diseñados no son eternos, deben repararse y actualizarse, como lo demuestran las debacles de Alemania y España quienes fueron eliminadas exhibiendo el esquema con el que fueron campeonas.
Viendo el trabajo de Inglaterra, que con un mismo técnico condujo la Sub 17 y luego la Sub 20 y con lo mejor de ellas armó la selección de mayores, ahora todos claman por un procedimiento similar. Se dice fácil pero no lo es, no solo porque se requiere una muy buena estructura y dirigentes con permanencia, sino por los propios jugadores. En Europa pueden seguir de cerca los jugadores promisorios y vincularlos a sus propios equipos profesionales; en Latinoamérica no, pues sus mejores jugadores emigran temprano a grandes equipos europeos o, como ocurre en Colombia, los llevan a Argentina de donde se traspasan luego a Europa. Así ocurrió con Falcao y con James, y sucederá con Barrios y Cardona. Pero se podrían preseleccionar y en los periodos vacacionales y en las fechas FIFA citar a unos y otros para irlos induciendo en el plan que se diseñe, pero, desde luego, es más difícil dadas las distancias, mientras volvamos a tener equipos fuertes como Nacional que puedan retener por un tiempo mayor los jóvenes promesas.
El VAR fue confirmado en este Mundial como el mejor implemento para ayudar al árbitro en la toma de decisiones en aspectos delicados, que dados los adelantos en las transmisiones de TV dejaban en evidencia muchas decisiones, como las muy sabidas de los goles fantasma (cuando el balón después de golpear en el palo, especialmente el travesaño, ingresa rebota en tierra más allá de la línea y luego sale), o los penaltis que no son o que siéndolo el juez no aprecia o en los fuera de lugar. Está claro que el VAR no lo pide el público, ni los jugadores, ni el cuerpo técnico, es solo el árbitro quien lo solicita. También puede ocurrir que el VAR llama al árbitro, este mira las imágenes y resuelve según su juicio, puede no acudir, a mí me parece que debería ser obligatorio hacerlo, no para acatar necesariamente lo que se le señale, pero acudir y resolver según su criterio, esto es, mantener su decisión o cambiarla si así se lo indica lo que observa. No hacerlo es como si el juez se negara a recibir una prueba. Siempre será quien decide y la tecnología se entiende como una ayuda. Falta sin embargo emplearlo en los lanzamientos de los penaltis para sancionar y repetir el cobro cuando el portero se adelanta.
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