Por premuras de tiempo no fue posible hacer comentarios respecto a la formación del nuevo Congreso que tuvo a bien posesionarse el pasado 20 de julio, y que comenzó con una buena cantidad de críticas aún antes de sentarse en las curules los nuevos padres de la patria. Pero además ya apareció una oposición que comenzó a hacer de las suyas contra el nuevo Presidente, que sin posesionarse ya estaba recibiendo palo porque sí y palo porque no.
Pero lo más significativo de lo que se nos viene encima son los violentos ataques de los guerrilleros, quienes, a pesar de haberles entregado medio país el benemérito señor Santos, no solamente siguen enfocando sus baterías contra nuestra débil democracia exigiendo toda clase de beneficios en contraprestación por la forma miserable como se han comportado durante tantos años, acabando con una paz que nunca hemos logrado alcanzar como nos la merecemos.
Este gobierno ha entrado con un buen margen de optimismo y el presidente Duque está comenzando a mostrar un temperamento adecuado a las condiciones que exige el país, después de que el mandato de Santos, sobre todo en su segundo período está siendo señalado por el fracaso, en su ambición por convertirse en un recibidor de condecoraciones y en contendor de bandoleros con quienes no fue exitoso en su deseo de acabar con sus actitudes criminales.
Por ahora tendremos durante algunos días el espectáculo teatral de renovación del Congreso, con los consabidos agarrones, que esta vez tendrán como principales protagonistas a las damas del sexo femenino (no es un pleonasmo), quienes ya han demostrado que para aquello de agarrarse y sacarse los trapos al sol, le dan sopa y seco a sus contendores masculinos.
Vamos a ver las actuaciones de las ministras, a quienes esta vez les han dado más de la mitad del gabinete, y sobre todo tendremos la oportunidad de presenciar cómo se van a desempeñar Timochenko y sus secuaces desde las curules del Congreso, y cómo va a actuar toda esa manada de personajes que se han preparado durante tantos años para combatir la democracia, esta vez con la fuerza de los argumentos, y no con la sangre de los colombiano inocentes.
Colombia y parte del mundo están a la expectativa de lo que será un período experimental que servirá de ejemplo, ojalá bueno, para dejar clavado un mojón fuerte que frene por siempre la incertidumbre de nuestra debilidad. Comencemos con optimismo y sobre todo enfrentemos con valor a nuestros peores enemigos: la corrupción y la violencia, y con eso tendremos un futuro mejor.
P.D. No es la ausencia del amor, sino la ausencia de amistad, la que hace a los matrimonios desgraciados.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015