Mirando el panorama de Colombia desde lo alto de las nubes, parece que después de las sorpresivas votaciones por el SI y el NO con el resultado ampliamente conocido, que favoreció contra todos los pronósticos a la oposición, pensamos que las aguas iban a tomar un cauce un poco más tranquilo mientras se venían todos los siguientes acontecimientos que, como realmente sucedió, volvieron a revolver el cotarro.
Este golpe contra el Gobierno, sin duda fue el más doloroso que le pudo sobrevenir a Santos a lo largo de sus ocho años de mandato. No voy a entrar en complicadas discusiones echándole la culpa al Presidente o a ciertos jefes políticos que fracasaron de la manera más estruendosa, por la vergonzosa actitud de petulancia que esgrimieron al sentirse completamente victoriosos por el escudo de mermelada con que fueron protegidos por el gobierno.
El mismo día de esas elecciones, si es que así se les puede llamar, tan pronto se dieron a conocer los primeros resultado, ya todo el país estaba convencido, como en efecto sucedió, que algo muy sorpresivo estaba sucediendo. Efectivamente, después de unos resultados de encuestas anteriores que daban ampliamente ganador al SI, se vino en cuestión de segundos el resultado de la Registraduría con la derrota contundente del Gobierno, dejándonos con la boca abierta a más de uno, incluyendo lógicamente a la oposición.
Pero, allí no quedaron las cosas, porque se vinieron la elecciones presidenciales con todo su costalado de politiquería, y aunque todo indicaba el triunfo del candidato de la oposición sobre el temido Petro, en los días previos comenzó una campaña basada en ataques y calumnias de lo más bajo del izquierdismo recalcitrante, convirtiendo estos comicios en un verdadero campo de batalla con insultos de la mas baja categoría, sobre todo de parte de ciertas políticas cuyos alardes de mala educación no nos imaginábamos afloraran en la conducta femenina.
Hemos tenido después una pausa de tranquilidad con motivo del Campeonato Mundial de Fútbol. Gracias a Dios todo ha transcurrido en total calma y en medio de un ambiente de emoción deportiva, en el cual nuestro país fue sido sin duda uno de los más fuertes protagonistas, no solo por el corazón deportivo que le pusieron tanto los jugadores como los hinchas, quienes juntos dieron una demostración al mundo de que este país sí puede brillar en el panorama deportivo, porque cuando queremos nos la jugamos con todo. Esta es la mejor parte que tenemos para mostrar. Lástima que por un poco honorable árbitro no llegamos un poco más alto, pero con lo que hicieron los muchachos tenemos para poder sacar la cara con orgullo.
Tenemos una grave situación latente y es lo que implican los facinerosos del Eln y de las bandas criminales a los que el Gobierno que llega tendrá que aplicar la mano fuerte que manejó el dr. Uribe, porque de ninguna manera estamos dispuestos los colombianos a volver a dejarnos manejar por los violentos.
El panorama está movido, pero por ahora concentrémonos en lo más importante.
¿Quiénes serán los próximos campeones del mundo?
P.D: Los hombres engañan más que las mujeres. Pero las mujeres engañan mucho mejor.
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