El panorama global actual, con la cantidad de peleitas y peleotas en las que están sumidos nuestros hermanos de Latinoamérica, incluyéndonos lógicamente nosotros, que si no vamos encabezando estamos siempre muy cerca de coger la punta, nos ha puesto en una situación de nerviosismo e incertidumbre que deprime nuestro diario vivir.
Con las noticias diarias no identificamos si estamos muy cerca del abismo o si, por el contrario, Colombia está mostrando signos de recuperación que nos alejan de la línea de peligro por la que atraviesan los cubanos, venezolanos y nicaraguences, quienes desde fines del siglo pasado se dejaron llevar por un socialismo emergente, de inspiración marxista, que los obnubiló y los ha llevado a la física ruina.
Colombia, no solo ha tenido su tragedia con las sangrientas guerrillas, sino que siguiendo otros malos ejemplos, no se libra tampoco del fenómeno aberrante de la corrupción que la envuelve, podríamos decir, que por completo.
Hoy tenemos una incógnita bastante difícil de resolver, y es saber en qué va a terminar el usurpador Maduro y su pelea, insultando todo el mundo, sin que tengamos idea de lo que piensa hacer, de la mano de sus tenebrosos esbirros. Creo que a pesar de que el dictador es poco inteligente, esto lo compensa con una gran sagacidad y malicia indígena, que llevan a su pueblo a seguir creyéndole las barbaridades que lanza en las plazas públicas, y seguirlo, a pesar de que sus promesas no han sido más que engaños.
No están claras las estrategias de Maduro ni de Guaidó para dar el siguiente paso, pero algo grande se debe estar cocinado en ambos bandos. Lo cierto es que quien haga la primera movida podrá tener las de ganar, pues como dice el dicho, el que pega primero, pega dos veces.
Para Colombia, lo ideal es que esa lucha se resuelva a favor de la democracia, para recuperar a un vecino que nos hace falta en términos económicos y donde tendremos mucho que hacer para ayudarlos a recuperar su aparato productivo.
Estoy seguro que muy pronto tendremos que tener una solución final, porque el hambre apremia y las enfermedades matan y no hay cuerpo que las resista. Y ese es el estado que está padeciendo Venezuela.
P.D. Un abogado es una persona que haría cualquier cosa para ganar un caso; incluso decir la verdad.