Sigo pensando que, en el caso de las universidades, tenemos un mandato moral y político que cumplir y que emana de la sociedad. Y también creo que cada uno de los ciudadanos tiene el mismo mandato. Es decir, todos somos responsables de lo que construyamos juntos. Para el caso actual, ahora que estamos en período de elecciones, lo que creo que debemos comprender es que somos corresponsables de consolidar y fortalecer nuestra democracia que, entre otras cosas, continúa en proceso de creación. Me parece que todos, juntos, ciudadanos de ‘a pie’ y candidatos a la Presidencia de la República, debemos aprender a diseñar cuál es el país que queremos y el que dejaremos a nuestros hijos y a los hijos de estos. La visión tiene que ser colectiva.
Quizás sea un idealista, un soñador, cuando expongo en distintos escenarios que es relevante pensar en la igualdad de recursos, de medios, y en la igualdad de oportunidades para que los ciudadanos podamos tener mejor calidad de vida; lo cual implica que estos tengan libertad para alcanzar lo mejor para ellos mismos y sus familias. Por supuesto, me parece importante no perder de vista que esta libertad no conlleva pasar por encima de las libertades de los demás. Por ejemplo, no creo que sea conveniente dejarle libertad absoluta al mercado con tal de conseguir resultados óptimos. Esto, per se, es un despropósito; además de que con esta actitud se podría (de hecho se hace) justificar un crimen terrible: la justificación racional de las violencias. Creo que podemos estar de acuerdo con que las guerras son horribles, pero precisamente por esto no podemos perder de vista a quienes las justifican con sendos tratados teóricos que permitan construir un discurso para convencer a los ciudadanos de que las violencias son el mejor camino. Estoy convencido de que el mandamiento del “no matarás” debe continuar siendo un imperativo moral y político. Y a esto le añado “no matarás en nombre de ninguna causa o idea”.
Les ofrezco disculpas a los ciudadadanos de Manizales por hablar en su nombre, por decir que en esta ciudad buscamos por todos los medios diseñar que las palabras de este mandamiento del “no matarás en nombre de ninguna causa o idea”, las podamos transformar en hechos, lo cual, ya lo sabemos, no es nada fácil. No tenemos recetas guardadas e infalibles esperando a que sean descubiertas.
Los ciudadanos –cada uno– somos lo que se conoce en el mundo jurídico como “individuos de iure”, pero no estoy muy seguro de que seamos “individuos de facto”. Y creo que no lo somos porque, sea por nuestra falta de conocimientos o de habilidades o, incluso, de recursos, nos vemos impotentes para resolver problemas que únicamente de manera colectiva lo podríamos hacer. Es fundamental transformar los discursos en hechos de forma consensuada y coordinada.
Cierto, hay una grave crisis política en nuestro país. Y lo está, por un lado, porque muchos de quienes quieren gobernar, tan pronto son elegidos, se olvidan de volver la vista atrás y mirar el camino por el que recién caminaron; y, por el otro lado, porque quienes también tienen poder, los ciudadanos, igualmente se encuentran en crisis. De estos, por obvias razones, se espera que contribuyan en encontrar soluciones a problemas colectivos. Quizás esto no se da porque los ciudadanos de ‘a pie’ ven cómo sus elegidos no eran lo que ellos esperaban; sienten que muchos de ellos no son capaces de convertir sus discursos, sus palabras, en hechos. Esta crisis se debe, me parece, a la separación entre el poder de hacer las cosas y asegurar que se actúa de manera correcta y no de forma incorrecta.
A pesar de este panorama, yo soy un hombre, un padre, un esposo, un profe, que mantengo viva la esperanza. Claro, reconozco que la esperanza es endeble, vulnerable, pero aún asi camino por este camino. Y precisamente por esto, las universidades del Sistema Universitario de Manizales, Suma, la Cámara de Comercio de Manizales por Caldas, el Comité Intergremial, medios de comunicación, y otros gremios, estamos convencidos de que haremos todo el esfuerzo colectivo por contribuir y trabajar por tener una mejor ciudad y una mejor región. Y es lo que les manifestaremos a los candidatos a la Presidencia a quienes les hemos extendido una muy cordial invitación para que el miércoles 18 de abril nos acompañen y conversemos, entre otros temas, sobre economía regional, agro, infraestructura y educación. Es fundamental que conozcan lo que pensamos y es relevante que sepamos qué piensan de esta ciudad y de este departamento.
Confiemos en que todos acepten nuestra invitación.
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