A los ancestros primitivos les debemos muchos regalos y uno de ellos es haber domesticado muchos animales.
Los mismos que ahora nos sirven o acompañan ya que en 4.000 años no se ha domesticado de nuevo a ningún otro.
A propósito, al usar la palabra domesticar me vienen a la mente súbitamente los hermosos textos de El Principito.
Antoine de Saint Exupery pone esa palabra en boca del zorro y la aplica a la amistad de los dos para mostrar lo que es crear lazos de afecto:
“Todavía no eres para mí más que un niño parecido a otros cien mil niños. No te necesito y tú tampoco me necesitas.
No soy para ti más que un zorro parecido a otros cien mil zorros. Pero si me domesticas tendremos necesidad uno del otro.
Tú serás para mí único en el mundo y yo seré para ti único en el mundo. Mi vida resultará como iluminada”. Hermoso y poético.
¿Sacas tiempo y amor para fortalecer los lazos afecto con los que dices amar?
Ellos son tu más valioso tesoro. Relee ese precioso libro.
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