El presidente Duque presentó a consideración del electorado en su candidatura, una política agropecuaria cuyo eje central era la inversión, tanto pública como privada, y el rescate de la institucionalidad agropecuaria que estaba perdida en el clientelismo. El Banco Agrario, como proveedor de capital en forma de deuda, es un instrumento crucial en la implementación de esta política de inversión rural, pero los lastres de intereses clientelistas le estaban cobrando un peaje muy alto a su misión institucional, esto a pesar de tener una junta directiva de categoría y competente y una nómina de vicepresidentes en su mayoría idóneos, que poco podían hacer por introducir los cambios necesarios.
El mensaje desde el primer día como presidente del banco, fue que el único interés al servicio del cual estaba la entidad, era el de los productores del campo, y que nuestra misión era asegurarnos de que ninguno de ellos, pequeño, mediano o grande, con un proyecto productivo económicamente viable, se quedara sin ejecutarlo por falta de capital. Era urgente crear una cultura orientada al desempeño y a resultados, donde solo las competencias definieran una contratación o una promoción y para eso era necesario reconocer el talento interno, sin importar su origen político si lo tenía, pero también era necesario tomar decisiones de fondo. Como resultado de esta política, en estos primeros 100 días de gobierno entraron al banco 3 vicepresidentes, cuyas ternas fueron seleccionadas de manera impecable por uno de los más prestigiosos headhunters del país y varios gerentes nacionales y regionales, uno de ellos ascendido por su desempeño.
Fruto de esta iniciativa de valoración del desempeño, de cambios en procesos internos y en el modelo de relacionamiento con el cliente, así como en la gestión comercial, logramos en estos 100 días frenar una tendencia de caída de los desembolsos de nuestra banca agropecuaria, que al mes de septiembre acumulaban un negativo de 11% contra el año pasado, y que en el mes de octubre logramos incrementar en 34,800 millones de pesos, lo cual significa una variación del 18% frente al año anterior y aumentar nuestro inventario de operaciones en proceso de aprobación frente al promedio histórico en 22%, lo cual nos indica que estamos ya en una ruta de crecimiento, todo esto sin cambiar el apetito de riesgo de banco.
En estos 100 días del gobierno del presidente Duque también tuvimos la crisis cafetera, a cuya solución también contribuyó el Banco Agrario: implementamos la línea de crédito “grano a grano”, que ideó el ministro de Agricultura y Desarrollo Rural, Andrés Valencia y en un tiempo récord de 4 días ya la teníamos operando y con cupos preaprobados para las principales cooperativas de caficultores del país, también hicimos reperfilamiento de deudas a 9,188 cafeteros, que por la coyuntura de precios no podían cumplir con sus obligaciones en el corto plazo.
Así mismo, hicimos un convenio con la Federación Nacional de Arroceros para articular esfuerzos gremio-banco y lanzamos la línea “Crediarroz más”, diseñada para que los agricultores tengan la posibilidad de avanzar en la cadena de valor, trillando su arroz en un molino y así poderlo vender como arroz blanco, y tenemos convenios en proceso de ejecución con otros gremios incluyendo a Fedegán.
Igualmente, en estos 100 días fortalecimos nuestra banca de microfinanzas y siguiendo la instrucción del presidente Duque de combatir el gota a gota, creamos el programa “Ruta hacia la bancarización”, con el cual nos estamos tomando las plazas de mercado con brigadas de crédito y hemos logrado desembolsar 3,400 millones de pesos a las tasas más bajas del mercado de microcrédito, aliviando así a 850 familias del yugo de esta práctica ilegal.
Así mismo, firmamos un convenio de garantías complementarias con la Gobernación de Antioquia, que tiene el potencial de colocar 487 mil millones de pesos en créditos y en el cual estamos utilizando un mecanismo novedoso, que consiste en entrenar a los funcionarios de la Gobernación en la estructuración financiera de los créditos, para de esta manera aumentar las capacidades del banco en campo.
En el frente de gastos, lanzamos el programa “Ahorrando ando”, que en estos 100 días arroja ahorros tangibles en la operación, en términos anualizados de 11,603 millones de pesos.
Estos 100 días han sido un buen comienzo para convertir al Banco Agrario en una organización de excelencia, y así contribuir al éxito de un gobierno que se la está jugando por legitimar nuestra democracia.
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