Ya con más calma, y pasadas las alegrías y tristezas de los candidatos al Congreso en las pasadas elecciones, no han faltado los abundantes análisis y opiniones que de manera genérica, se han limitado a señalar superficialmente los respectivos ganadores y perdedores. Y las famosas pero predecibles consultas, mal llamadas de izquierda y derecha terminaron cautivando la atención, pero no por Iván y Gustavo sino por las resucitadas fotocopiadoras. No sé por qué tanto escándalo, si en las elecciones anteriores a 1991, el voto se llevaba en el bolsillo, todo un carrusel. Sin embargo, poco se ha dicho del comportamiento de nosotros los manizaleños frente a los candidatos con incidencia en la tierrita.
Según la Registraduría, se instalaron en Manizales 931 puestos de votación, a los cuales acudimos 182.418 ciudadanos de un total de 328.191 personas habilitadas. Conforme a estos resultados, el podio de nuestros nuevos líderes políticos quedó así: El primer lugar y como era de esperarse, para Mario Castaño del Partido Liberal con 21.490 votos y su fórmula a la Cámara de Representantes José Luis Correa con 21.020 votos. Casi que calcado. El segundo lugar, y aunque no lo crean, el sociólogo Darío Arenas del Polo Democrático Alternativo, con 9.345 votos y su fórmula al Senado, Jorge Enrique Robledo con 8.151 votos. Y en el tercer lugar, los quemados Hernán Penagos del Partido de la U con 8.320 votos (solo 163 más que Robledo) y su fórmula a la Cámara de Representantes Islén Pineda con apenas 5.092 votos.
La fórmula Robledo-Arenas logró cautivar más votos que los candidatos del resto de partidos y movimientos, fuera del Liberal, lo que deja en evidencia un ostensible cambio del comportamiento electoral de los manizaleños, inclinados cada vez más por el llamado voto de opinión, ese que no trabajan “los de siempre”. Pero el fenómeno de Darío Arenas, el joven, persistente y terco egresado de la Universidad de Caldas, columnista de LP es realmente llamativo: obtuvo más votos que el mismísimo Álvaro Uribe Vélez (7.009 votos), que Carlos Felipe Mejía (6.498), que Penagos (8.320), que Mockus (6.410), que Aydee Lizarazo (5.072), que Jorge Luis Ramírez (6.767), que Juan Felipe Lemos (4.719), que Chano (5.070), que Oscar Tulio Lizcano (6.476), más que Félix Chica (7.012), y más que Adriana Franco (4.642).
Lo que puede verse es que la confianza electoral de los manizaleños está enfocada fundamentalmente en los líderes Liberales y en los del Polo. Aunque este partido no logró llegar a la Cámara por Caldas, sí es evidente su creciente fortalecimiento, frente a expertos y curtidos congresistas o candidatos, acompañados por diputados, expresidentes y concejales, que no logran concitar la atención del electorado. Sus máquinas ya no funcionan, no están hechas para atraer votos de opinión. Como dicen en las universidades, estos políticos tradicionales han de reinventarse si quieren que los ciudadanos al menos los quieran escuchar.
La estrategia clientelista comienza a mostrar, por fortuna, serios signos de decaimiento, entre otros por la ausencia de discurso, el descrédito y la inacción frente al liderazgo de los grandes problemas de la ciudad y de la región. Para las próximas elecciones al Concejo de Manizales, Arenas cuenta ya con un caudal importante de opinión que le puede garantizar una importante representación al Polo en dicha corporación. Todo dependerá de elaborar unas listas fuertes, abiertas y pluralistas. Señores políticos, pidan sabático y reflexionen, pues la gente ya no les come cuento. ¿En serio creen que con estos resultados las cosas van por buen camino?
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015