La corrupción aprieta. Estrangula y asfixia a los que no participan, esos que sin quererlo, son afectados por ella. La corrupción aprieta sin control, debilitando todos los estamentos, desbaratando todos los andamiajes sociales, que son permeados por ella, sin que se tome la determinación firme de enfrentarla con sanciones que sean ejemplarizantes, severas, sin contemplaciones. Hay que señalarla, saber que es un delito que se comete contra toda una población, no respeta límite y no se detiene, porque es tan impune, como arrogante.
Hay mucho trecho entre la corrupción que aprieta y la corrupción de Prieto. Uno de esos “buenos muchachos”, del estrato “6 plus”, que se volvieron corruptos, pisando la herencia de honorabilidad de sus mayores, paradigmas de la ciudad, para convertirse en delincuentes, que con sofistería, han utilizado la trampa, la mentira, la falsedad, para hacer de las suyas con lo que es de los otros, en la actividad privada y con los dineros públicos. Un insaciable gusto por el enriquecimiento personal.
Prieto protagonista de esa farsa de los declarados insolventes en Colombia, para evitar pagar obligaciones laborales por las que fue condenado, que no pagó, porque siempre se les vencen los términos. Pero sigue enriqueciéndose con empresas que se mueven, son constituidas y tienen “sedes” fuera del país, burlando controles, leyes y legalidad. Así se hacen a millones. Un delito que debe ser severamente castigado, sin contemplación.
Semana tituló: “La inexplicable pobreza de Roberto Prieto”, porque en la investigación de Odebrecht y pese a sus prósperos negocios con el Estado, el exgerente de la campaña Santos no tiene ninguna propiedad en el país. Pero no es el primer lio en que esta metido este delincuente de “cuello blanco”. Hace 15 años, un proceso laboral con dos trabajadores Juan Ortiz e Ivonne Hernández de la Radio Difusores Unidos S. A, a los que terminó no pagándoles, (hoy, con intereses, les debe mas de 3.000 millones. Ellos ganaron el proceso laboral, pero aunque fue confirmada la sentencia condenatoria por La CSJ, nunca han recibido la indemnización.
En aquel entonces Prieto adujo pasar por graves problemas económicos por lo que se vio obligado a cerrar la empresa. En 2002, Notaría 44 de Bogotá, un par de meses antes del veredicto, se creó la compañía Market Medios. "Para cuando las sentencias quedaron en firme ya no había nada que incautar. Por eso se inició un proceso penal en el que la Fiscalía terminó acusándolo del delito de fraude procesal". La compañía creada por Prieto registró 170.257 millones de pesos de ingresos entre el 2014 y el 2015. Entonces la Fiscalía 188 de Bogotá actuó contra Prieto, con el fin de hacerlo pagar la sentencia. En febrero de 2015, el juez 49 Penal de Circuito de Bogotá lo absolvió. Los afectados apelaron ante el tribunal de Bogotá, pero los Honorables Magistrados, encontraron que la acción había prescrito. En agosto de 2015 el caso fue enterrado en el archivo. Es que a un Prieto nadie lo aprieta…
Está metido en el escándalo de Odebrecht. Otto Bula, aseguró a la Fiscalía que había entregado un millón de dólares. Se rastrean sus bienes y sorprendentemente no tiene alguno en el país. Entonces ¿por qué los múltiples contratos que ha tenido la empresa Market Medios? El Tiempo reveló que “a nombre de Prieto aparece una casa en Boca Ratón en Florida y aparece como propietario de Market Medios Inc., una filial de la empresa en Colombia”.
Según la FGN, Prieto “había hecho maniobras para insolventarse y eludir la sentencia: vender los bienes, modificar el nombre de la empresa a una nueva firma llamada Market Medios y declararse en quiebra”.
Prieto está acorralado, pero terminará burlando la ley, porque la ley en Colombia es laxa con los duros y dura con los débiles.
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