"...más allá de esa utilidad, nos permite conocer los entresijos de unas existencias que fueron las nuestras, las que cimentaron lo que somos", así describe Octavio Escobar buena parte de lo que es Colonización antioqueña y vida cotidiana, el libro fundamental del historiador Albeiro Valencia Llano que reeditó la Universidad de Caldas y el Banco de la República hace poco.
La primera versión de este libro se publicó en 1996 con el título Vida cotidiana y desarrollo regional en la colonización antioqueña, pero debo confesar que nunca lo había leído de corrido, aunque siempre fue de consulta, porque tiene esa ventaja, que la buena división de los capítulos permite llegar fácil a lo que uno necesita.
Desde muy temprano, los trabajos de investigación histórica de la región que hacía el profesor Valencia, varios publicados en LA PATRIA, los recomendaba Orlando Sierra como una necesidad para entender la tierra que pisamos y de la que hablamos.
Porque este tipo de libros, para quienes nos gusta ahondar en el pasado, resultan clave. Nos enriquecen en la comprensión de nuestra idiosincrasia y de nuestro territorio. Por este motivo es recomendable que se lea esta investigación, que además tiene un formato muy agradable, pues se va contando por historias, no solo de los grandes hechos, como nos tienen acostumbrados, sino de las formas de vida como suceden las cosas.
En esa intención de contar la vida cotidiana se encuentra con coplas, con dichos, con expresiones, con los implementos que se usan en la cocina o en la labranza o en la búsqueda de guacas. También se van dando descripciones de cómo se hacía la tumba para abrir tierra o de cómo se construían los ranchos y con qué maderas. Así mismo, de cómo se abrían los caminos, cómo se hicieron las grandes fortunas y cómo el campesino pobre fue cediendo terreno al rico.
Al tiempo, esta obra fundamental de la caldensidad nos habla de los conflictos entre los colonos y las concesiones, entre estas y el Estado, entre los colonos y el Estado o entre los colonos viejos y los nuevos. Incluso entre los pobladores indígenas y los colonos.
Es una forma muy completa y nada compleja de entender lo que fue la transformación de este territorio que hoy ocupamos y cuya incorporación a la producción nacional empezó hace un par de siglos.
En frases
-Los mineros desilusionados al no hallar oro, se transformaban en colonizadores atrapados por un paisaje fascinante que brindaba otras posibilidades.
-Un fenómeno que aceleró la ruina del pequeño campesino la constituyó la fonda.
-El papel de la colonización antioqueña en la descomposición de las comunidades indígenas.
-La arriería surgió cuando fue necesario unir los puertos y pueblos con las fondas y las aldeas.
-Las posadas y fondas se convirtieron en piedra angula para dinamizar la economía.
-En 1905 la cultura cafetera había creado mercado interno y unió las regiones caldenses entre sí, las integró a la economía nacional y relacionó el departamento con el mundo.
-El departamento se integró de manera arbitraria y de acuerdo con los intereses de los estamentos dirigentes.
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