Rusia - Estados Unidos - Irán - Corea del Norte - Reino Unido - Israel. Buenos nombres de países para una película de espías o para un libro. Al menos cuatro de ellos son reconocidos por poseer los principales cuerpos de inteligencia del mundo, otros dos con ganas de ser peligrosas potencias nucleares.
En tiempos en que las batallas por el poder se libran en el mundo virtual, las posibilidades de que se intenten sabotajes a ordenadores y centros de cómputos que albergan millones de datos relevantes son más complejas. De esto trata El zorro, una novela del superventas Frederick Forsyth, narrada sin ninguna pretensión estilística, y con un ritmo rápido que involucra decenas de nombres. Por esto, resulta buena la idea de poner al final una guía con esos nombres de personajes y de organizaciones, por si alguien se perdió en la lectura.
La trama se complica a medida que avanza. Un adolescente prodigio, el Zorro, es capaz de romper los cercos digitales más precisos y se convierte en una potente arma que permite neutralizar amenazas al Reino Unido, pero esto también desata una cascada de contragolpes que deben ser de nuevo contrarrestados.
Dos espías veteranos empiezan a liderar la batalla y resulta paradójico que estos que se formaron en los microfilms y los papeles ahora deban casi que acudir a lo mismo para no dejar huella de lo que acometen. Rusia quiere dominar el mundo, pero lo hace con mucha inteligencia. Busca ofrecer el gas más barato para toda Europa, y permitírselo es darle la oportunidad de controlar la economía. Corea insiste en no ser un peligro, pero sigue adelante con sus proyectos peligrosos, igual que Irán, pero basta meter un código a sus sistemas para que todo cambie. Esta novela que acaba de salir habla de una fracasada cumbre entre Estados Unidos y Corea del Norte, tal como sucedió hace una semana. Demuestra que el escritor anda bien dateado.
Es una novela clásica de buenos y malos y con resultados por lo menos optimistas, más que los que se perciben en el mundo de hoy.
No falta el humor. Al presidente de los Estados Unidos no lo llama por su nombre. Más bien le dice: "la enorme cabeza de cabellera rubia". No hay que decir más, pero sabemos de quién habla. La historia mezcla episodios reales que hemos escuchado en los últimos años sobre esta nueva guerra fría con episodios imaginados. O espero que sean imaginados, porque que tal que los haya obtenido un hacker del sistema de alguna agencia de espías. Todo es posible en los libros de Forsyth.
En frases
* Una característica de los ases del espionaje es que, al igual que los jugadores de ajedrez, se estudian los unos a los otros.
* Siempre había tenido claro que hasta un intelectual renombrado podía ser más tonto que Abundio.
* En la Firma tenían un dicho: si quieres mantener algo en secreto y lo saben tres, mata a dos de ellos.
* Ante el triunfo, la modestia. Ante el dolor, estoicismo. Ante la derrota, entereza. Pero muy rara vez llanto.
* Era una guerra sin proyectiles ni bombas, y sobre todo, sin una declaración formal. Pero era una guerra... más o menos.
* Los periodistas críticos son asesinados con frecuencia por sicarios de la mafia. Han acabado por aprender la lección: que ni se te pase por la cabeza criticar al Kremlin.
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