Los amantes de los gatos entenderán por qué El gato que venía del cielo les llegará al alma. Todo aquel que ha tenido a este animal por mascota sabe muy bien cómo esa independencia que nos irrita es la misma que nos permite saber cuándo ellos realmente te quieren o no.
El autor japonés Takashi Hiraide estuvo el año pasado en la Feria Internacional del Libro de Bogotá, invitado precisamente por el éxito que había tenido su libro, que entonces yo no había leído, aunque se trata de una obra que ganó en su país el Premio Kiyama Shohei en el 2002. Solo hasta ahora se traduce al español, aunque ya se conocía en inglés y en francés.
Este relato, de corte autorreferencial, es un homenaje a cómo las mascotas nos cambian las rutinas, se meten en el corazón de quienes dicen que no les gustan y a través de su vida o desaparición se van dando los cambios de una Tokio en la que el pasado de viejas casas señoriales, a la usanza antigua, son cambiadas por grandes edificios.
Lo mejor es que el gato no es propio, pero se siente como tal, y se van descubriendo poco a poco la doble vida de ese animal, así como la doble vida de la familia que se consideraba su dueña, como si no supiera que los gatos son los amos de los espacios que habitan.
Como el autor es poeta, entonces su prosa se contagia de descripciones evocadoras, cargadas de términos emotivos que llevan a crear figuras realmente sorprendentes. Se recorre el jardín del viejo caserón, se entiende cuáles son los intersticios por los que se pasaba de un lado al otro, se comprenden los cambios de un Tokio de finales de siglo que va pasando a ser una gran urbe.
Un editor hastiado de lo que venía haciendo decide escribir sobre la llegada de este ser a sus vida y va publicando por capítulos, sin darse cuenta que revelaba secretos de su vecindad, lo que le genera dudas. Los cambios siguen todo el tiempo para los habitantes, mientras el gato un día cambia todo, todo hasta llevarlos a la tristeza.
Los pie de página de los traductores ayudan a conocer mejor ciertos aspectos de la cultura japonesa, tan diferente a lo que estamos acostumbrados. Se entienden allí muchas cosas que vemos en películas o libros de ese antiguo imperio y que nos parecían extrañas, pero que son parte de las costumbres del país del sol naciente.
En frases
* Los enamorados de los gatos consideran que el suyo es la maravilla entre las maravillas, como si estuvieran ciegos ante todos los demás.
* A fuerza de dejar pasar los días, mi oficio de editor, que consistía en sostener y mejorar la escritura de los demás, empezó a carecer de sentido.
* Los seres nobles no pretenden apartar a los demás para abrir su propio camino.
* En una palabra, el gato, con un gesto fulgurante como el de un destello, se esforzaba por atrapar ese mismo destello.
* La escritura también franquea sin distinciones los límites de la posesión.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015