Haruki Murakami es un escritor japonés del que ya había escrito en este espacio sobre su libro De qué hablo cuando hablo de escribir. Al leer ahora El fin del mundo y un despiadado país de las maravillas (1985), traducido al español -de España como siempre- apenas en el 2009 nos muestra las razones por las cuales un cantinero se convirtió en escritor de culto.
Esta novela es una complejidad onírica. Dos historias que parecen sacadas de la ciencia ficción van aproximando sus caminos en mundos paralelos. En la búsqueda de sus propios pasados, como detective buscando algo perdido al ritmo de una novela negra, el libro se va tornando trepidante, y las tramas empiezan a enriquecerse de tal manera, que el lector apura las páginas para conocer los desenlaces.
Murakami es un tejedor en esta obra. Va cosiendo los hilos poco a poco con mucho sentido del humor, con cinismo sobre las posibilidades que abre la informática, al tiempo que cruza esa racionalidad con los temores ancestrales típicos, creados arquetipos de seres extraños que hasta respetan lugares sagrados, a pesar de su barbarismo.
El protagonista, en un lado de la historia, del despiadado país de las maravillas. Es apenas un hombre que no tenía idea de lo que habían hecho en su cabeza, apenas se pensaba un funcionario más que solo tenía que hacer bien su trabajo, un personaje simple y sin pretensiones, envuelto en una trama de espías que cree le quedará grande. Un hombre no muy seguro de tener sentimientos. A punto de descubrir una verdad que lo cambiará para la vida eterna.
El protagonista, en el otro lado de la historia, del fin del mundo. Un hombre que como Peter Pan pierde su sombra, pero a diferencia del País del nunca jamás, este sabe que al despegarse de aquella, nunca más podrá tenerla de nuevo compartiendo su vida, porque se encuentra en un lugar extraño, lleno de unicornios, rodeado por una muralla, apenas para albergar a quienes se asoman a los confines de su universo. Asistimos lentamente a la extinción de la sombra, que tiene otros planes. Un hombre que teme perder los sentimientos, que cree alguna vez tuvo, si pierde su corazón.
Las dos historias, como en un mapa, que se muestra antes de empezar la historia, las empiezan a recorrer sus protagonistas en puntos apartados, pero parecen acercarse por los caminos. Al final, usted deberá descubrir si ese encuentro es posible o si los mapas son apenas mentales, y todo pudo ser apenas producto de la imaginación.
En frases
* La ciencia, se utilice para fines malvados o buenos, ha puesto a la civilización contemporánea en una situación crítica.
* Los viejos sueños son... viejos sueños. En la biblioteca los hay a montones. Tú coge tantos como quieras y léelos con calma.
* Me pregunto si, hace tiempo, no habremos vivido todos en un lugar completamente diferente. Y si, por una razón u otra, estas vivencias no se han borrado de nuestra memoria y vivimos ignorándolas.
* Este es el aspecto positivo de la guerra de la información. Que es muy equitativo.
* En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas (...). Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento.
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