Margarita García Robayo desde hace rato es parte de las escritoras y, para que no quede duda, de los escritores colombianos con mayor reconocimiento, y con mérito para ello. Su libro de cuentos Hay ciertas cosas que una no puede hacer descalza es un interesante experimento, en el que nombres de mujeres son la excusa para contar relatos que se van narrando de dos en dos.
Hasta que pase un huracán, su novela tan cartagenera como ella, es una interesante historia de una joven de clase media con las mismas aspiraciones de tantas personas de clase media: irse a Estados Unidos para probar suerte, a pesar de que su suerte sea buena en nuestro país.
La protagonista es inteligente en el sentido de que aprende fácil, y sin necesidad de estudiar obtiene buenas notas, pero siempre le puede más su idea de partir, la misma que no le permite disfrutar los pequeños triunfos que va obteniendo, una carrera, un amor. Le puede el desencanto. Su vida es un permanente estado de intranquilidad. Gustavo, su iniciador y su perdición, la describe bien, cuando ella le pide que le cuenta una historia que la incluya: "Había una vez una princesa dulce y buena, que tenía un solo defecto: no sabía distinguir lo bueno de lo malo, lo bello de lo horrendo, lo diabólico de lo celestial, lo perverso de lo inmaculado..."
Esta novela tiene una cualidad, para mi gusto, y es el vértigo con el que está escrita. El punto seguido es un impulsor de la historia que avanza rápido, trepidante -como un huracán-, en un estilo moderno y que hace que el lector se devore las páginas, pues se quiere saber pronto cómo termina todo, si termina. La protagonista anda por ahí contando la historia. No tiene nombre, pero se trata de la que siempre quiso ser extranjera y que incluso se empleó como azafata para cumplir el sueño que se va tornando en utopía, aunque a ratos parezca que se encuentra a la vuelta de la esquina.
Queda en el aire si una experiencia sexual en su apenas pubertad con un hombre mayor, el mismo Gustavo mencionado arriba, marca la vida de esta futura emigrante. Se trata claramente de un abuso, porque no existe otra posibilidad entre un adulto y una niña. Él le tocó "el botón de fuga" y ella siempre estuvo perdida por un único plan de vida, dejando perder su vida, o encontrándola. Usted decide. Siempre habrá manera de ver las cosas de modo diferente..
En frases
* Si yo fuera rica no me querría ir, los ricos pueden vivir bien en cualquier parte.
* Toño tenía demasiadas ideas sobre las azafatas, pero yo tenía una sola: las azafatas se iban.
* Los Ángeles era un bluff. No se llegaba a ninguna parte caminando.
* Esa noche nos quedamos en su casa, un apartamento en el Laguito que miraba la bahía desde una ventana panorámica. Era bellísimo, pero seguía estando acá.
* El día del periódico la foto fue la misma, pero en blanco y negro. La influencia de Julián no llegaba hasta la página en color.
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