45 años lleva Alberto Donadío Copello denunciando la corrupción en Colombia. Esto le valió que el pasado jueves recibiera el reconocimiento a Vida y Obra, que entrega el Premio Simón Bolívar de Periodismo, de cuyo jurado formé parte este año.
Este reconocimiento lo recibe cuando acaba de publicar Nobelbrecht - Santos y los sobornos de Odebrecht, una obra que permite entender el cuento completo de lo que está pasando con este caso de corrupción que aún no llega al fondo de lo que debería llegar.
Resulta muy interesante que el periodista más entendido en los temas de corrupción financiera en el país sea quien dé cuenta de este relato, bajo el sello de la editorial Sílaba. Varias de las cosas que aquí cuenta, ya las dijo en sus columnas en el diario El Espectador o las toma de otros periodistas, que ya han publicado, pero en este trabajo tiene la ventaja de que nos cuenta la historia completa.
Cuestiona la intervención del fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, y eso que aún no sucedían los escabrosos hechos que reveló esta semana Noticias Uno, en torno a la muerte de un testigo clave, y de su hijo, muerto por ingesta de cianuro. Un buen fiscal seguiría las preguntas que plantea Donadío con el fin de buscar el fondo de todo este entramado.
La ventaja de un hombre con tanto recorrido en la investigación y tan metódico es que nos da cuenta de nombres que han sido corruptos desde siempre y vuelven a saltar en el caso más grave de los últimos años en Colombia y en Latinoamérica, también nos muestra cómo las oportunas frases del expresidente Santos hablando de lo pulcra de su Administración y de los silencios cuando se daban las revelaciones o en frases al estilo "me acabo de enterar".
A los caldenses les resultarán muy interesantes los capítulos dedicados a Roberto Prieto, a quien va desnudando a partir de todas las contradicciones dadas en sus declaraciones ante los medios de comunicación y en sus versiones ante la Fiscalía. Claro, y a través de sus cuestionables actuaciones. Para completar, recuerda frases demoledoras de ese caldense honorable que fue Luis Prieto Ocampo, un adalid de la rectitud y la honestidad en el manejo de lo público.
Lo mejor es que va demostrando cómo es imposible que el Gobierno Santos siga "escurriendo el bulto" a la responsabilidad que le asiste, mínimo, por dejar hacer, y se pregunta por qué aún no sabemos en Colombia hasta dónde incidieron esos recursos en una reelección que pudo resultar ilegítima.
En fin, un hombre que en este libro muestra una vez más las razones que llevan a ser considerado un maestro de la profesión periodística y que se merece sin lugar a dudas un sitio de honor en la historia del periodismo colombiano. Si usted quiere entender qué es la corrupción de Odebrecht en Colombia, este libro le dará muchas respuestas y le planteará una buena cantidad de inquietudes.
En frases
* Los escándalos de la Administración Uribe no son invención de nadie. Lo que sí es ficción es la afirmación de Santos de que él como presidente hizo la revolución contra la corrupción.
* Por esta proclividad tan común a la mentira, los ciudadanos casi siempre dudan de los funcionarios gubernamentaales que se declaran inocentes de una acusación.
* A la Fiscalía no le corresponde expedir certificados de buena conducta, sino imputar cargos cuando existen las pruebas.
* Hay que abonarle a -Roberto- Prieto es el elogio a su ignorancia y que no oculta su condición de culebrero o bufón.
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