Puede parecer un dato curioso, pero muchos de los grandes avances científicos y tecnológicos han sido imaginados primero desde las humanidades. La mayoría de las palabras que describen nuestra sociedad actual provienen de narraciones escritas por autores que imaginaron el futuro desde la literatura de ciencia ficción. En 1984, William Gibson escribió Neuromante, una novela que propone, por primera vez, ideas como las de “ciberespacio” y “chats”. Gibson mezcla la ficción con la ciencia y la alta tecnología, e imagina la existencia de un mundo infográfico y visual de tres dimensiones compuesto por datos con los que se podía interactuar.
De esta forma, Neuromante integra arte, ciencia y tecnología, siendo así pionera en la descripción computarizada de muchas de las experiencias científicas y culturales de la sociedad contemporánea. La obra sintetiza muy bien lo que hoy se conoce como las Humanidades Digitales, un nuevo campo de conocimiento entendido como el estudio especializado en el campo de la mediación y de la comunicación digital, informativa, cultural, científica y pedagógica.
Se pueden definir las Humanidades Digitales como el área de conocimiento que investiga los procesos y las interacciones con las tecnologías digitales, aplicados a proyectos para la accesibilidad y socialización de conocimientos, la creación interdisciplinar, intercultural y colaborativa, desde el pensamiento crítico y la transferencia de los medios digitales para el bienestar humano.
Las humanidades digitales son un espacio para el diálogo interdisciplinar, buscando con ello cerrar la brecha entre arte y ciencia que tradicionalmente ha generado muchas fricciones, como lo hizo evidente el físico y novelista británico C.P. Snow en su conferencia de 1959 titulada Las dos culturas. Al igual que Snow, otros autores como John Brockman, Steven Pinker, Richard Dawkins o Lynn Margulis han incursionado en lo que hoy es conocido como la Tercera Cultura, que integra los dos universos del arte y la ciencia.
Las humanidades digitales utilizan las herramientas tecnológicas y las aplican en procesos que tienen que ver con aspectos vinculados a la creación y a las ciencias sociales y humanas. Gracias a ello, hoy es posible hablar de ciencia abierta, analítica de datos aplicada a desarrollos territoriales, bibliotecas digitalizadas, cartografías culturales, archivos y repositorios, o campus virtuales para procesos de formación o intercambio de conocimientos.
Además de las ciencias sociales y humanas, las artes y las ingenierías, las humanidades digitales tienen aplicación en múltiples campos del conocimiento como las ciencias biomédicas, la bioinformática, las ciencias exactas y naturales, las ciencias agropecuarias y el desarrollo rural, la robótica y la inteligencia artificial, el diseño y la planificación, los territorios inteligentes, las economías creativas, entre otros. Algunos de sus métodos se relacionan con la transdisciplinariedad, el multilingüismo, el código abierto, la creación participativa de contenidos, las redes colaborativas, el mapping, el diseño de juegos, la realidad aumentada, el análisis algorítmico, el conocimiento ubicuo y la minería de datos.
Gracias al apoyo del PREFALC (Programa regional Francia, América Latina y el Caribe), la Universidad de Caldas organiza el primer Diplomado en Humanidades Digitales, con la colaboración de la Universidad Paul Valéry, Montpellier (Francia), la Fondation Maison de Science de L’homme (Francia) y la Universidad de Piura (Perú), que se realizará a partir del 12 de marzo en Manizales. El diplomado es el inicio de la Maestría en Humanidades Digitales, que abrirá próximamente la Universidad de Caldas, con líneas de investigación que abordan la creación y concepción de dispositivos y contenido digitales para el intercambio de informaciones, conocimientos y experiencias en diferentes dominios, el análisis de datos digitales a partir de usos de comunicación tecnológica, la investigación en el campo de Humanidades digitales, las perspectivas críticas del uso de las tecnologías y la apropiación social de conocimientos.
Muchos autores afirman que en el futuro las tecnologías se habrán simplificado y ello ocasionará que muchos de los procesos complejos que hoy se desarrollan de manera especializada ya no sean necesarios. Seguramente, estos procesos requieren profesionales de las humanidades que le otorguen un marco de sentido a la revolución de la información y las comunicaciones en redes. Para Manizales, como campus universitario, las humanidades digitales, son una gran apuesta con especial énfasis en la investigación y la educación avanzada para la economía de conocimiento.
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