Fanny Bernal * fannybernalorozco@hotmail.com
Aprender a escuchar, saber esperar, hacer contención, silenciar la reacción, darse un tiempo para organizar las ideas, entender que las respuestas exigen responsabilidad y respeto, todo esto hace parte de pequeñas acciones a través de las cuales, se pueden tener relaciones de mejor y mayor calidad, receptivas y eficaces.
Hay ocasiones en las que es necesario salirse de lo convencional y lo establecido y tener en cuenta que el hacerlo, no significa indiferencia, sino la firme convicción de que hay formalismos que se pueden transformar con el propósito de estar más presentes y alertas, tanto de lo que sucede al interior de sí mismo, como de las interacciones con las demás personas.
Lo anterior suscita algunos interrogantes:
- ¿Sabe cuánto tiempo de su vida diaria gasta usted en acciones de manera automática?
-¿Se ha puesto a pensar acerca de qué cambios habría en su vida, si cultiva con disciplina la atención consciente?
A propósito de estas palabras, en el libro Mindfulness - El despertar a la vida, de Francisco Gázquez Rodríguez, encontramos la siguiente historia:
En una gran ciudad norteamericana trabajaba un renombrado abogado. Su enorme éxito ganando pleitos y sus grandes dotes como orador, habían hecho correr la voz por todo el país. Se rumoreaba incluso que nunca había perdido un caso. Cierto día, un periodista decidió entrevistarlo al enterarse de su nueva victoria en un caso especialmente peliagudo. Durante el diálogo el periodista le lanzó la siguiente pregunta:
- ¿Nunca se ha quedado usted bloqueado durante la defensa de un cliente?
El abogado respondió: - Sí, me pasa a menudo. Me quedo bloqueado muchas veces a mitad de una defensa, frente al jurado, sin saber en absoluto, cómo avanzar.
- ¿Y cómo lo soluciona? -Volvió a preguntar, entonces el entrevistador, aún más intrigado.
- En esos casos me limito a escuchar a mi pie izquierdo- fue la misteriosa respuesta del abogado.
El periodista se sintió objeto de una broma de mal gusto y le pidió que se explicara con más detalle, pero la respuesta se convirtió en una nueva sorpresa:
- En realidad hago lo que le acabo de decir, cuando me bloqueo, dirijo la atención a mi pie izquierdo y espero. Después la inspiración fluye y la respuesta que necesito me viene a la mente. ¡Siempre me ha funcionado!.
Los seres humanos, en general, responden de manera contraria, ante una pregunta difícil, la mente empieza a funcionar como un torbellino y en cuestión de minutos piensa varias formas de responder, de salir del apremio, instantes en los cuales hay reacciones tanto emocionales, como físicas, y mientras tanto la respuesta que surge, de pronto no es la adecuada o no convence.
Al fin de cuentas, lo difícil no es quedarse bloqueado, lo complicado es, cómo salir de la situación sin perder el hilo y la razón, en otras palabras, poner distancia. ‘Desi-dentificarse’ unos instantes o un tiempo prudencial, ayuda a recobrar claridad y lucidez.
En la vida diaria, cuando hay situaciones agobiantes también hay que aprender a tomar distancia, a poner atención en otros asuntos, a fin de no quedarse bloqueado y poder avanzar, para que la inspiración fluya.
* Psicóloga - Docente Universidad de Manizales.
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