Esteban Jaramillo

LA PATRIA | Bogotá

Ni la salida de Paniagua de la gerencia deportiva, ni el triunfo que oxigena del domingo pasado ante Bucaramanga, arreglan de inmediato la crisis del Once Caldas. Dan un respiro. De los momentos difíciles no se sale en un santiamén.

A Paniagua le pidieron en el Once la carta de renuncia hace 10 días, pero su impulso de salida llegó por las protestas de los hinchas.

El Once evidenció, desde el partido con Medellín, una mejoría lenta, casi invisible, que se opacaba por la carencia de triunfos. Lo propio se vio con Santa Fe. Pero la categoría de los rivales, dada la confusión reinante, no se consideraba . Santa Fe es campeón colombiano y el menos goleado.

Medellín es el excampeón y tiene un nómina destacada. No eran fáciles rivales.

Ante los leopardos, los cambios posicionales, la intensidad planteada, el rendimiento en ascenso de algunos jugadores y los goles que por fin llegaron, apaciguaron, en parte, el ambiente hostil.

De otro lado, inveterada es la costumbre en Colombia de invalidar una idea, discutiendo al autor, sin el debate respectivo. Ocurrió con el alcalde Octavio Cardona. Se reconoce en él su liderazgo en la campaña tendiente a encontrar soluciones a los problemas del Once Caldas. Su intervención, plausible e innovadora, acompañada por la de Jorge Hernán Meza y otros distinguidos asistentes , dejó buenas sensaciones.

La idea de Cardona, planteada en reciente foro, no equivale a la imposición de un tributo que afecte a los caldenses. Se ve como algo voluntario pendiente de la implementación jurídica, sin afectar a los ciudadanos. No faltó quién lo descalificara sin conocer a fondo sus razones y los métodos legales a seguir.

No ha sido común a lo largo de la historia que un alcalde se declare interesado por la situación del club y se comprometa de lleno, como lo hace Cardona, para cambiar el rumbo del equipo . Como un aficionado más, exigió de los manizaleños un mayor sentido de pertenencia con su onceno.

Aunque asediado por las criticas, Tulio Mario Castrillón, tuvo explicaciones sustentadas en la realidad financiera que acosa al Once Caldas, el que preside. A todos respondió sin eludir preguntas. Es obvio que por los malos resultados, sus declaraciones, por claras que sean, no son fáciles de asimilar.