Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
El níquel es un metal natural que abunda en la superficie terrestre y por ello está presente en los alimentos que se cultivan de la tierra. Su concentración en los productos varía considerablemente de un lugar a otro y se hace muy difícil evitarlo.
El total de la ingesta diaria depende de la cantidad de vegetales y animales que se consuman. La selección cuidadosa de los alimentos que contienen una concentración baja minimiza la exposición al producto. La Organización Mundial de la Salud recomienda no sobrepasar los 100 microgramos diarios.
Este es junto al mercurio, al plomo y al cadmio, uno de los oligoelementos más importantes. Desempeña un papel muy importante en la nutrición, pero un exceso tiene efectos secundarios graves. Desencadena reacciones de hipersensibilidad más que cualquier otro metal. Se conoce que a un 15% de la población general -especialmente las mujeres- les produce alergia, pues se le usa en cosméticos, bisutería, utensilios de cocina, etc.
El níquel está presente de manera normal y en pequeñas cantidades en frutas como el albaricoque, el banano, la cereza, la ciruela, la manzana, el melocotón, el melón, la naranja, la pera, el pomelo y la uva. También se le halla en frutos secos como la almendra, la avellana, el cacahuete, la nuez y el pistacho; y en los pescados, en las verduras y las hortalizas.
Derivados del centeno, el trigo sarraceno, la avena, el maíz, el arroz, la soja, la cebada, la pimienta negra, la levadura de cerveza, también lo contienen. El cacao, el café, el chocolate, el té, son otros de los productos donde se le puede encontrar.
El níquel está en órganos como los pulmones, el corazón, los ovarios, los testículos y el páncreas y ayuda a cumplir con algunas funciones del organismo:
* Mantiene normal la presión arterial.
* Regula los niveles de adrenalina.
* Mejora y aumenta la acción de la insulina.
* Ayuda a asimilar el calcio.
* Incrementa las grasas sanguíneas.
* Activa la trasformación de la glucosa en glucógeno.
* Cataliza las enzimas que participan en la producción de hormonas.
En exceso puede provocar:
* Reacciones alérgicas.
* Problemas digestivos.
* Retraso en el crecimiento.
* Cáncer de pulmón.
* Alteraciones en los cromosomas, las hormonas y la función de enzimas.
* Contaminación ambiental.
Un déficit de este elemento ocasiona algunos transtornos:
* Intolerancia a la glucosa.
* Propensión a riesgo cardíaco, a la cirrosis hepática y a la deficiencia renal crónica.
* Mala absorción del calcio y del hierro férrico.
* Alteraciones en la presión arterial.
* Provoca mortalidad fetal.
* Crecimiento anormal del hueso.
Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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