Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
La nevera debe mantener la temperatura asignada en el termostato y esta va de 4°C a 8°C, dependiendo de la zona. Cuando el electrodoméstico sobrepasa la temperatura asignada, se pone en marcha el compresor que la refrigera. De nuevo, cuando se alcanza la temperatura establecida, se detiene.
La razón de tener ese rango de temperatura, es porque a esa los microorganismos se multiplican con mucha lentitud. El gesto cotidiano de abrir la puerta de la nevera para coger un producto, hace que el frío se escape hacia el exterior y -a su vez- que el aire caliente entre.
Los alimentos refrigerados son seguros, siempre que la falta de frío no haya superado unas pocas horas. En el caso en que se vaya la energía, si se mantiene la puerta cerrada durante unas cuatro horas, es posible que se pueda aprovechar toda la comida sin problemas.
Dejar la puerta abierta tendrá repercusiones negativas, sobre todo, para los productos perecederos. Aquellos que necesitan refrigeración para conservarse en óptimas condiciones. Otros alimentos pueden sobrevivir por más a temperatura ambiente.
Se recomienda desechar los siguientes productos, si se han mantenido más de dos horas por encima de los 4,5°C: leche, kumis, yogur, quesos, huevos, algunas frutas, alimentos preparados como sopas, pasta o arroz, también verduras cocidas, preparaciones con crema, salsas o mayonesa abierta. Se podrá guardar la mantequilla, margarina, quesos procesados y duros como el cheddar o el parmesano, pan, galletas y verduras crudas.
Piense qué quiere tomar de la nevera antes de abrirla. No la abra, mientras piensa frente a ella. Abrir la nevera con mucha frecuencia o dejarla abierta durante mucho tiempo, hace perder el frío. Así pone en riesgo la conservación de los alimentos y aumenta el consumo energético. Tampoco introduzca alimentos calientes, pues esta acción incrementa la temperatura del resto de productos y, además, hace que el electrodoméstico consuma más energía.
También hay que respetar la capacidad de carga del aparato. No hay que sobrecargarlo para no aumentar la temperatura de los alimentos. Es recomendable dejar espacios entre recipientes para permitir que llegue el frío a los productos guardados.
El orden es fundamental para optimizar el frío y mejorar la conservación de los alimentos. La temperatura del interior no es homogénea. Por tal razón traen los cajones con nombres para guardar qué y en qué lado, por ejemplo, frutas y verduras, todo para que queden protegidas.
Para las carnes, pescados, etc, está dispuesto un recipiente con rejilla para cargar los jugos que estas sueltan. En otros, se ubican los yogures, quesos, alimentos cocidos y envasados. Vale la pena respetar la ubicación que le ofrece la marca del electrodoméstico, para así potencializar los alimentos.
Si lo que se dejó mal cerrada o abierta fue la puerta del congelador, tiene que avizorar que los riesgos pueden representarse en el deterioro de los productos. El grado de daño varía en función de aspectos como volumen de alimentos almacenados, el tiempo que ha estado abierta y la capacidad del congelador que tenga.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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