Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
Desde el 2 de agosto la humanidad consumió todos los recursos que el planeta ofrece para todo el año y contrajo una deuda ecológica. A la fecha se le denominó el Día del Exceso de la Tierra.
La producción y consumo de alimentos es muy ineficiente, con gran cantidad de recursos que llegan a una parte de la población que la derrocha; mientras que otra parte se muere de hambre. Alrededor de un tercio de los alimentos producidos cada año (1.300 millones de toneladas) se pierde o se desperdicia, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la alimentación (FAO). Eso equivale al 9% de la huella ecológica global. Si se redujera el desperdicio de alimentos a la mitad en todo el planeta, el Día del Exceso se retrasaría 11 días.
El impacto ambiental de un alimento es el efecto que tiene toda la cadena de producción. Desde lo primario, continuando con las etapas de trasformación, distribución, uso y eliminación final. Esto puede traducirse en:
* Calentamiento global (Huella de carbono). Esto se origina por la emisión de gases efecto invernadero.
* Agotamiento de recursos. Debido al uso de materias primas como la madera, el agua o los combustibles fósiles.
* Degradación de capa de ozono. Esta se origina por la emisión de clorofluorocarbonos (CFC).
La medición de los impactos ambientales permite a las empresas implicadas en la producción, diseñar medidas y estrategias para reducirlos, centrando los esfuerzos en las fases donde son mayores. El objetivo es hacer que la elaboración y comercialización de estos alimentos sea eficiente y con menores consecuencias.
El consumidor tiene la oportunidad y responsabilidad de incluir pequeñas acciones de disminución del impacto. Algunas medidas para conseguirlo son:
* Seleccionar alimentos de la zona que estén frescos y mínimamente procesados.
* Elegir alimentos de cosecha.
* Adquirir productos con envases adecuados a sus necesidades.
* Disminuir el despilfarro de alimentos planificando la compra y comprobando la fecha de caducidad.
* Reciclar los envases. Emplear bolsas reutilizables.
* Reducir al mínimo el uso del trasporte.
* Verificar que la nevera trabaje a la temperatura adecuada para la conservación de los productos.
Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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