Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co

En nuestras manos se albergan millones de gérmenes que pasan imperceptibles a simple vista, tanto, que constituyen un riesgo de contaminación patógena.

La trasferencia de microorganismos entre personas puede ocurrir a través de las manos cuando se comparten o tocan objetos y superficies manipulados por otros.

Las manos actúan como medio de transporte por el contacto físico con alimentos, agua, superficie y objetos contaminados y hasta con las gotas que esparcen otras personas al expulsar la tos o los estornudos.

Una manera fácil de infectarse es tocarse las membranas mucosas: ojos, nariz, boca. Entre las infecciones más habituales están el resfriado común y la gripa, aunque hay otras que pueden revestir más gravedad como: bronquitis, neumonía, hepatitis A y las diarreas infecciosas.

Las zonas más contaminadas y en las que se alojan más gérmenes están los pasamanos, los pomos de las puertas, en especial baños públicos, máquinas expendedoras, los periódicos y libros de bibliotecas, los cajeros automáticos, que generalmente están en la calle de donde recogen toda la contaminación del tráfico, los carros del supermercado, los botones del ascensor, barras y asideros del trasporte público, entre otros, porque esto es un extenso etcétera. En conclusión, es todo lo que alguien con unas manos sucias pude haber tocado.

Según La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), donde hay humedad una sola bacteria puede multiplicarse hasta alcanzar los 17 millones de organismos infecciosos en apenas ocho horas. Por eso hay que tener en cuenta: los virus y bacterias van instalándose en las manos, aunque la suciedad no sea visible.

En las casas tampoco se está exento de gérmenes (virus y bacterias) los podemos encontrar en teléfonos, interruptores, controles a distancia, teclados, utensilios y superficies de la cocina, entre otros. En el baño no se salva ni el cepillo de dientes, los estudios científicos publicados y divulgados en el 2014 pusieron en manifiesto que la primera culpable de la dispersión bacteriana en ese recinto era el descargar la cisterna sin cerrar la tapa, ya que dispersa las bacterias fecales en la bañera, el lavamanos y el piso.

Estudios científicos sustentan cómo el dinero en un 80% también está contaminado. Explican que en monedas y billetes se pueden encontrar hasta tres mil tipos de patógenos y un 6% con rastros de contaminación fecal, incluyendo bacterias como E. Coli, trazas de orina y drogas como cocaína y heroína.

Lo peligroso es que algunos virus pueden sobrevivir en superficies inanimadas por 20 minutos, es así que en estas épocas de contrastes climáticos que surgen resfriados, gripas o los procesos digestivos, una buena o mala higiene es determinante para la trasmisión y los contagios.

Cómo lavarse las manos

* Moje las manos con agua y aplique un poco de jabón.

* Frote toda la superficie: dorso, palmas, entre dedos y muñecas. Si es necesario utilice cepillo de uñas.

* Enjuague con abundante agua.

* El lavado debería durar como mínimo un minuto.

* Finalice con un secado minucioso. Utilice una toalla limpia, papel desechable o un secador de aire hasta que queden bien secas.

A pesar que los jabones no tienen un efecto antimicrobiano, el simple lavado de manos elimina desechos orgánicos o inorgánicos de toda la superficie de la piel, lo que reduce su carga bacteriana.

Cuántas veces

Ha pesar de que no hay un patrón establecido de cuantas veces hay que lavarse las manos en un día, sí hay determinadas ocasiones en las que es imprescindible:

* Antes de tocar un bebe, preparar alimentos, alistar la mesa, comer, lavarse los dientes, tocarse las mucosas o visitar un enfermo.

* Después de estornudar, sonarse, toser o tocarse los ojos. Manipular la basura, tocar los animales y sus excrementos, jugar o regresar de la calle, tocar objetos o superficies de uso público, computadores, asistir a hospitales y otros lugares públicos y al tocar alimentos en especial crudos.