Elizabeth Ortiz Palacios * saludablearas@yahoo.com.co
Por esta temporada se utilizan alimentos contenidos en envases, empaques y embalajes de aluminio. Entre estos se cuentan sardinas, atunes y flanes, también comida precocida, café o yogures con membranas protectoras de este material.
El aluminio es un metal no ferroso, abundante en la corteza terrestre, muy popular en el mundo y que no se encuentra en estado puro en la naturaleza. Se puede reciclar indefinidamente sin que sus propiedades se vean alteradas. Es importante -entonces- tomar conciencia para que se realice una correcta separación a la hora de tratarlo.
Sectores como el alimenticio y el médico, tanto como los transportes y la construcción, lo utilizan de forma generalizada. La correcta recogida y reciclada de estos residuos puede ahorrar grandes cantidades del mineral y de energía. De esta última casi el 95%.
Los consumidores son una parte esencial en este proceso. Reciclar estos envases es fácil y, tanto el medioambiente como la economía, salen beneficiados. De este se aprovecha el 100%.
Los residuos se pueden aprovechar de manera indefinida. El aluminio recuperado, una vez seleccionado y prensado, se funde y se fabrican nuevos lingotes que se utilizan para cualquier aplicación. El impacto de utilizar aluminio primario se puede reducir en gran medida con el reciclado.
El aluminio de los envases (latas) es el que menos se recicla. Hasta hace unos años, el 20% de las latas se hacían con el (hoy el sistema de apertura lo utiliza), mientras que ahora es algo más del 50%. Esto se debe a que pesa la mitad del acero y no se oxida. Con esto se evitan posibles contaminaciones y gases de efecto invernadero.
Las latas son las más sencillas para reciclar y, estando vacías, se pueden aplastar sin problema. De esta manera, ocupan muy poco volumen y son fáciles de trasportar (no se rompen, no arden, etc). Se pueden almacenar separando los diferentes tamaños.
En general, todos los consumidores pueden ayudar a recuperar el aluminio, dada la diversidad de envases:
Rígidos: Latas de bebidas y refrescos.
Semirígidos: Bandejas de alimentos precocidos (moldes para lasaña o postres).
Flexibles: Film o papel de aluminio.
* Nutricionista y dietista clínica de la Universidad Nacional de Colombia. Educadora acreditada en diabetes.
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