Septiembre no es solo "septiembre negro" por los sucesos de terrorismo político ocurridos en Munich en los Juegos Olímpicos y en Nueva York por el derribamiento de las torres gemelas. Es septiembre muy iluminado por otros sucesos de optimismo y belleza.
En efecto, el 5 de septiembre se conmemora la memoria de Santa Teresa de Calcula, aquella mujer que encarnó en forma moderna la presencia de la ternura y la misericordia de Dios, estampa viva de serenidad, sonrisa y servicio cercano y cariñoso hacia los más pobres y abandonados no solo de Calcuta y la India sino de todo el mundo.
Teresa, como otrora Francisco de Asís, gritó con sus obras y dulces palabras que el Evangelio es posible vivirlo en las huellas de hoy, en medio de un mundo tecnificado, industrial y conectado por poderosos medios que nos hacen "aldea global", a condición de tener amor vaciado en misericordia, perdón, ternura y alegría que llevan a una vida más justa puerta para la paz como dijera Pablo VI: "la justicia es el nuevo nombre de la paz".
Septiembre nos regala también la memoria de San Pedro Claver, el santo jesuita que clavó el Evangelio en las arenas de Cartagena, que estaba listo para recibir cada barco cargado de esclavos que llegaba de Europa y darles un tratamiento humano, fraterno, cariñoso; el alimento, la bebida y el cobijo eran el saludo de Claver y sus compañeros que en nombre de Cristo Jesús besaban sus pies para declararles que sus caminos eran vías para el Cielo, el gozo y la vida mejor; por fin sentían algo distinto a latigazos y duro pan seco cuando las sanas caricias de aquellos misioneros les arropaban, les alimentaban y les señalaban un crucifijo como signo de eterno amor liberador y cierto.
Este mes nos deja también el grato recuerdo que del 6 al 10 de septiembre del pasado año nos regaló la presencia entre nosotros, por los caminos de Colombia, del papa Francisco con sus claras y comprometedoras palabras y sus gestos que deslumbran por su sencillez y profundidad que van escribiendo una versión moderna y tercermilenaria del Evangelio de Jesús de Nazareth.
Vino a sacudirnos y estimularnos para seguir adelante, para invitarnos a restablecer la vida fraterna que no consiste solo en palabrerías al viento sino en gestos cercanos, visibles, estimulantes, comunitarios.
Este septiembre está marcado por estas tres figuras: Teresa de Calcuta, Pedro Claver y el papa Francisco que enmarcan de manera positiva los días que vivimos, que muestran con actos concretos y palabras sabias que respaldan sus gestos que es posible vivir mejor, construir un país pacífico por ser justo y más lleno de amor por ser cristiano.
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