Siempre ha sido motivo de interrogantes la festividad de hoy: San Esteban proto mártir romano; porque al día siguiente de la Natividad cuando aún se escuchan los cantos del gozo y el amor de Dios a la humanidad y de ésta para con Jesús de Nazareth, presencia humilde y misericordiosa, rostro de Dios para la historia humana, emerge la sombra gris en una nube de piedras cargadas de odio que sepultan bajo su montonera el cuerpo desgarrado y sangrante de Esteban.
La razón es muy patente y profunda: el seguimiento de los caminos del Señor si bien es una proeza hermosa y plena de gozo, lleva muy adentro el sello de la fidelidad, de las pruebas que sin cesar brotan del discipulado, de la aceptación de la historia que Dios quiere vivir con cada uno de nosotros y con todo su pueblo expresada en término como Iglesia, Reino de Dios, pueblo creyente.
No siempre hay camino llano sino que a veces aparecen riscos lisos, senderos sucios y oscuros con pendientes pantanosas nada fáciles de cruzar y conquistar; no faltarán momentos en los cuales hay que gritar ayúdame Señor, Ten piedad de mí y de nosotros, no me dejes caer, líbrame del mal.
La vocación al martirio, es decir al hecho de dar la vida por ser fieles al compromiso recibido desde el Bautismo, es patrimonio para todos; san Esteban nos lo recuerda junto a la cuna que destila amor en la Natividad.
Vale recordar en la misma tónica que un 26 de diciembre en el año 1816 el gran compositor Rossini recibió en el estreno de su monumental obra musical "el barbero de Sevilla" un severo fracaso propiciado por la maldad de sus opositores llenos de envidia que hicieron todo lo posible para que todo saliera mal: sonido, canto, escenario y en verdad que así sucedió.
Pero Rossini persistió, preparó una nueva presentación en otro lugar lejano de sus envidiosos contradictores y persecutores y el éxito fue tal que pronto fue reconocido como uno de los grandes de la música en el mundo; todos escuchamos más de una vez el famoso "Fígaro, Fígaro" que hace eco al éxito histórico de la bella obra musical.
Así es la vida: en los escenarios vitales aparecen apartes de gozo y otras veces de inmenso dolor, fracaso y muerte, duda y grito lastimero pero que componen una única melodía solo si con la sangre va el lenguaje del amor; es parte del vivir que se ilumina bien desde la festividad de Navidad, lejana a la parranda, despilfarro y locuras.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015