La Dorada, Caldas, alcanzó a tener un importante desarrollo económico, social y cultural, que hoy palidece gracias a la corrupción y a la instauración del proyecto de nación que se arraigó en Colombia desde hace tres décadas.

La localización estratégica del puerto, en medio de seis departamentos, las ventajas de estar ubicada junto al río Magdalena, los efectos de haber contado con una importante red ferroviaria de carga y pasajeros, y el desarrollo de la ganadería, la agricultura, la pesca y la industria hicieron que La Dorada obtuviera un dinamismo ejemplar hasta la década de los 80 del siglo pasado.

Este panorama cambió radicalmente a partir del establecimiento de la apertura económica, que impulsa el crecimiento de escasos pero poderosos sectores, concentra la producción y la riqueza en pocas manos al tiempo que destruye gran parte del aparato productivo nacional. A la par de la entrada en vigor del nuevo paquete económico y social, se anunciaron decisiones erráticas que han dejado un oscuro legado en el puerto. Se marchitó la navegabilidad del Río Magdalena, que pasa por 11 departamentos y en cuya cuenca se produce el 85% del PIB nacional, y donde hoy se encalla hasta una canoa. La pérdida progresiva del Magdalena se gestó para darle paso al ingreso del parque automotor estadounidense, que se encontraba embodegado en un 50% a inicios de los años 90. Existió además un desmonte progresivo de la red ferroviaria nacional y con ella del Ferrocarril de La Dorada, que conectaba pasajeros y mercancías con el resto del país a través de 7 estaciones. Hoy apenas el 25% del transporte de carga se realiza por ferrocarril y el 99% está destinado a la gran minería transnacional.

Esta ruptura del desarrollo integral de la región ha dejado graves secuelas en la industria, la ganadería, la agricultura y la pesca de La Dorada y se ha acompasado con mega-desastres, escándalos y actos de corrupción en los últimos años. Acaban de entregar la Escuela Juan Pablo II, que necesitó más de 12 años en construcción, sin embargo, la culminación de sus obras parece distante y los sobrecostos saltan a la luz. La obra que se proyectó en unos $5.500 millones hace más de una década, hoy ronda los $11.000 millones lo que implica sobrecostos por más de $5.000 millones, que deberán ser investigados a fondo. Lo peor es que la obra no está terminada y está ubicada en un sitio indebido, ya que según un informe de la Personería de La Dorada, la escuela se construyó en un humedal, falta realizarle aislamiento adecuado de un bloque, encerrar una laguna y adecuar las áreas críticas del muro de cerramiento, con el propósito de que exista un ambiente seguro para niños y jóvenes.

Por otro lado, el Hospital San Félix padece no solo las deudas de las EPS, que le deben cerca de $20.000 millones, siendo las liquidadas Saludcoop, Cafesalud y Caprecom las mayores morosas, sino que además debe aguantar el embate del actual alcalde por apropiarse de los centros de salud del municipio. Esta situación llevó a que el gerente del Hospital, Luis Eduardo Céspedes, le remitiera una carta a la Defensora del Pueblo solicitándole una intervención inmediata debido a estos hechos arbitrarios, que según el funcionario “afectarían gravemente la misión médica y el derecho fundamental a la Salud de los habitantes de La Dorada”.

Desastres como el muro de contención del Malecón, que se derrumbó antes de su inauguración; la imposición de miles de comparendos a través de fotomultas, cuyos recursos van en su mayoría a una entidad privada a costa de los bolsillos de los doradenses; la crisis de la ganadería por las importaciones y por la aftosa; y la falta de atención a las pésimas vías que conectan a La Dorada con el resto del oriente caldense y Antioquia, son muestras de que el glorioso pasado de La Dorada es hoy un espejismo.

La ciudadanía debe seguir luchando para cambiar esta realidad y para comprender que no debe confiar en las promesas de nuevas vías, transporte multimodal y progreso, si provienen de los mismos que les arrebataron eso y mucho más, y que curiosamente solo se acuerdan de estos problemas en época de elecciones.