Ferruccio Elio Arturo Lamborghini, quien raramente usaba el Elio o el Arturo nació en Cento, Italia, en el año de mil novecientos diez y seis y se desempeñó inicialmente como fabricante de tractores, aires acondicionados y calentadores de ambiente y solo, según cuentan algunos historiadores, se convirtió en fabricante de automóviles de lujo por una agria disputa que tuvo con el empresario automotriz Enzo Ferrari, pocos años después de terminada la segunda guerra mundial.
Se dice que las razones que tuvo para adoptar la imagen de un toro, claramente de casta, como símbolo de su marca de carros fueron, primero porque Tauro era su signo zodiacal y segundo porque fue un apasionado admirador y seguidor de la Fiesta Brava.
Como buen estudioso que resultó ser de la actividad taurina, generalmente bautizaba sus coches con nombres de toros famosos, como es el caso de Huracán, destacado animal procedente de la ganadería de Padilla que en mil ochocientos setenta y nueve dio cuenta de siete caballos de picar en la Plaza de Toros de Alicante.
Otros de sus modelos salieron al mercado con nombres como Jarama, haciendo quizá referencia a una crónica escrita en mil quinientos noventa y tres por el licenciado Jerónimo de la Huerta, quien refiriéndose a los toros ibéricos textualmente decía: “Los más feroces y bravos son los que se crían en las márgenes de los ríos Tajo y Jarama…. Son estos por la mayor parte negros o de color fusco o bermejo, los colorados encendidos…”.
También homenajeó a la cabaña brava española, nombrando uno de sus coches Miura, otro Islero, de ingrata recordación para muchos aficionados y Murciélago, procedente también de la misma ganadería lidiado por Rafael Molina “Lagartijo” en mil ochocientos setenta y nueve en Córdoba.
Y como el indulto siempre se ha dado y no es patrimonio de la tauromaquia moderna, como sí lo es la indultitis, Ferruccio denominó otro de sus coches Diablo, recordando un toro que, toreado en Madrid por José Lara Jiménez “Chicorro”, fue indultado en el año de mil ochocientos sesenta y nueve “por su feroz bravura”.
Y las castas fundacionales también tuvieron cabida en la historia de esta famosísima marca de automóviles, hoy en manos de la Volkswagen, al haber nombrado uno de sus modelos como Gallardo en homenaje a la casta formada por don Rafael José Barbero con vacas Jijonas y sementales de Cabrera, que quien la conserva en la actualidad es la empresa Partido de Resina, vale decir Pablo Romero, como se llamó hasta que la adquirieron unos aficionados franceses.
Y para finalizar un comentario que nada tiene que ver con toros pero que me pareció divertido cuando me lo encontré investigando para escribir esta carta, que fuera hecho por Frank Sinatra, famoso cantante norteamericano ya fallecido que para ponderar la marca dijo: “Usted conduce un Ferrari cuando quiere ser alguien y un Lamborghini cuando ya es alguien”.
Recibe un abrazo de tu amigo. El Fraile.
Añadido: ¿Hasta cuándo por Dios vamos a seguir tolerando casos como el de tantos “ilustres” que tienen ene mil procesos “estancados” en la Comisión de Acusaciones de la Cámara y otros tantos durmiendo el sueño de los justos en los juzgados? ¿No es hora que, o bien los defensores de estos “próceres” exijan que se activen y se tramiten para que se demuestre su inocencia y si no que sean sus detractores quienes obliguen a que se proceda para que se demuestre, según su pensar, la culpa y sobre ellos recaiga el castigo?
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