Tiene la forma de un tazón de cereal boca abajo, puede llegar hasta -94 ℃ de temperatura, es más seco que los desiertos de Atacama y del Sahara y aunque no cuenta con historia antropológica ni recuerdos culturales, la Antártida es un espacio tan extraño como Marte, pero tan importante como el agua para la Tierra.
En Hielo: Bitácora de una expedicionaria antártica (editorial Planeta), la periodista científica Ángela Posada Swafford lleva al lector por sus seis viajes a la única región del mundo que no le pertenece a ningún país, y en la que la ciencia es la reina gracias al Tratado Antártico desde 1959.
En un libro acompañado por imágenes que sin duda quitan el aliento, Ángela no solo habla de sus experiencias en el Polo Sur, sino que cuenta la historia de los primeros expedicionarios como Roald Amundsen, Richard Byrd o sir Ernest Shackleton, quienes a pesar del frío, del hambre y del desconocimiento viajaron hasta el lugar en el que el horizonte blanco azulado puede nublar la estabilidad mental, y en donde se encuentran los secretos ambientales y genéticos mejor guardados.
En las bases antárticas –las hay permanentes y de verano- se estudian los genes que hacen que un pez no tenga sangre roja sino una sustancia anticongelante transparente en las venas; está el IceCube, una especie de telescopio enterrado bajo el hielo que busca analizar los neutrinos, partículas diminutas que nos atraviesan a montones cada segundo y que allí se pueden identificar cuando chocan contra los átomos del hielo al transformarse en luz de color azul.
O las investigaciones que hacen los colombianos sobre las ballenas y los efectos en el trópico de la Corriente Circumpolar Antártica, que une las aguas frías del sur con las más cálidas del Atlántico, Pacífico e Índico, en medio del cambio climático. O el estudio de las diatomeas, algas unicelulares que logran acelerar el deshielo por lo que son capaces de afectar las cosechas de soya del sur de Brasil y la pesquería en nuestras costas.
El primer viaje de Posada Swafford fue en el 2005 y el más reciente, el año pasado. En ese lapso ha visto los cambios profundos de la Antártida: cada vez hay menos pingüinos adelias –acostumbrados a vivir en el hielo- por los papúas –que están mejor adaptados al clima menos frío-. El krill, un crustáceo base para la alimentación de focas, ballenas y muchos más, que está siendo reemplazado por organismos menos nutritivos (salpas), y las capas de hielo cada vez pierden más grosor.
Este es un libro que une la poesía con las historias, la ciencia con la fotografía y hace un llamado, mejor, un grito aturdidor acerca de la necesidad de cambiar la forma en la que vivimos. El cambio climático es real y la Antártida es una muestra fehaciente de ello.
En Hielo podemos encontrar datos curiosos: la Antártida está viva, tanto así que cada primero de enero se realiza la ceremonia “cambia polos”, en la que se relocaliza el marcador del punto de los 90 grados porque esta zona se mueve 10 metros al año.
O cómo se debe proteger un expedicionario del frío y de un paisaje inamovible, cuenta historias de científicos que perdieron la cordura en sus expediciones, muertes en esta zona o incluso las ice wives, esposas de hielo. Las novias temporales. “La Antártida es responsable de quién sabe cuántos divorcios anuales, y eso cuando se descubren”, dice Posada.
Colombia lleva tres expediciones. Países como Argentina, Chile, Perú y Ecuador cuentan con programas de investigación desde hace 25 años e incluso estaciones como Maldonado y Machu Picchu de los últimos dos.
Hielo habla de ciencia, de amores y odios, de lo íntimo del ser humano y de lo asombroso de la naturaleza.
Datos y frases
-En el 2018 la Antártida recibió 45 mil turistas.
-1 mil 25 personas han muerto allí entre 1819 y el 2017.
-La Corriente Circumpolar Antártica mueve 140 millones de metros cúbicos de agua por segundo. Es mucho más que el caudal combinado de los ríos del planeta.
-Cada año la Antártida produce unos 5 mil témpanos (seis veces más que el Ártico).
-Hay 45 estaciones de investigaciones tiempo completo y unas 35 de verano.
-Hay 53 países miembros del Tratado Antártico si se suman los consultivos y no consultivos. Colombia hace parte del segundo grupo.
-“No pude evitar sentir que eran cosas malas –montañas de locura cuyas lejanas laderas asomaban a un abismo maldito”, HP Lovecraft en Las montañas de la locura.
-“Agua por todos lados y ni una gota para beber”: James Casey.
-“No puedo decir que la Antártida es hermosa. Está más allá de eso. El continente es absurdamente bello y misterioso. Pero también es brutal. E indiferente. Como un asesino a sueldo”: Ángela Posada.
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