Me multaron. Las llantas del carro estaban gastadas y me multaron. Mi culpa, cierto, merecido. Después de reconocer la falta, quise pagar con el beneficio de descuento del 50%, así que hice el curso de educación vial. Hora y media para repasar prevenciones y normas viales, puse toda la atención. La sorpresa fue lo poco que se menciona la relación de cuidado con los peatones. Una prueba de que las discusiones sobre la seguridad vial todavía están lejos de una ideología peatonal.
Esta ciudad inmersa en la tragedia de los peatones muertos en las vías, parece que aún no habla lo suficiente sobre el tema con los conductores y al resto de la ciudadanía. Según escribió en este diario Natalia Escobar, directora de Manizales Cómo Vamos, en la ciudad murieron 23 peatones en 2017, lo que nos pone dentro de las 6 ciudades más peligrosa para caminar.
En esa medida, sin hablar del tema, es más difícil que las acciones se acompañen con un cambio de cultura, un cambio que venga desde una transformación de mentalidad. Siempre a las estrategias por los peatones les quedan faltando conversaciones que lleven a otros razonamientos y que traigan ideas para construir un nuevo sentido sobre el lugar del peatón. Esta conversación, este otro razonamiento, este nuevo sentido común es lo que llamo una “ideología peatonal”. El relato colectivo que debemos ir instalando mientras fortalecemos la infraestructura peatonal, mientras adelantamos nuevos enfoques de seguridad vial como el de Visión Cero que hoy promueve el Gobierno Nacional. Una ideología con la que el peatón asuma el lugar de privilegio no solo en los instrumentos de planeación sino en la forma como contamos las situaciones urbanas.
Esta ideología está por construir. Sin embargo, a la base de su construcción ya aparecen dos propuestas de interpretación para una realidad vial con privilegio peatonal. Dos propuestas que viene del enfoque de derechos humanos.
Primera, el enfoque de ponderación de derechos viales. Se refiere a que un conflicto entre derechos viales de diferentes actores, debe siempre ponderarse en favor del peatón, el cual es el actor en mayor debilidad y vulnerabilidad. No va montado en ningún objeto riesgoso, es el que va con menos fuerza y más descubierto. En este sentido, en la mayoría de conflictos que se presenten en una intersección, en una vía, en cualquier otro espacio público -incluso en los incidente graves-, los derechos viales de los conductores y ciclistas, aunque no desaparecen, deberán ceder. Y la cantidad de lo que ceden se podrá medir: en espacio que debe sacrificarse (será mejor una cebra peatonal que un puente peatonal), en velocidad que debe reducirse (que el carro vaya lento para que el peatón no tenga que correr), por ejemplo. Entonces también un derecho podrá ponerse por encima de otro, de acuerdo al caso, porque, por ejemplo, al derecho a la movilidad veloz y eficiente del conductor, se le puede anteponer el derecho a la locomoción digna del que camina, al menos en la mayoría de casos.
Segundo, el enfoque de líneas lógicas. Opera sobre todo ante la ocurrencia de atropellamientos, y se trata de aprender a investigar y a responsabilizar con modelos garantistas de derechos peatonales. En la investigación de hechos violentos contra periodistas, lo primero que debe hacer una entidad como la Fiscalía es evitar hipótesis que no tengan que ver con la actividad periodística del violentado, al menos hasta que pueda probar que la violencia sí ocurrió por razones ajenas al oficio. Esto busca poner en el centro el cuidado por la libertad de expresión. Ahora bien, cuando ocurre un atropellamiento, la ciudadanía y las entidades deberían evitar al máximo los relatos iniciales que responsabilizan al peatón o que justifican al conductor, al menos hasta que en realidad se pueda evidenciar su negligencia. Lo lógico sería poner en el centro el cuidado por el peatón, privilegiado en la política y en el sentido común.
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Entre bambalinas: Debemos felicitar el trabajo de Serviturismo y de Efigas al conseguir la entrada de nuevos buses a gas para la ciudad. Una apuesta por tener un aire más limpio en Manizales. Debemos reconocer el acompañamiento que hizo la Secretaría de Tránsito del municipio. Confiamos en que, con el tiempo, todas las empresas de buses, comprometidas con Manizales, irán encontrando el modelo de tecnologías limpias que más les convenga a ellas y a la ciudad. La Mesa por la Calidad del Aire, donde estamos conversando varios actores públicos y privados, estará allí para seguirlos acompañando y apoyando.
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