Tengo una amiga muy especial, a la que admiro mucho, quien tiene un dicho que cae como anillo al dedo para lo que estamos viviendo hoy: “No ha nacido el que le ponga los calzoncillos al miedo”. Y es que en mi experiencia de vida nunca había vivido un momento preelectoral más signado y más impregnado de este horrible sentimiento, el miedo.
El miedo, fruto de la desconfianza, de la incertidumbre, del desconcierto que ofrece un futuro figurado por el desastre, conducido y administrado de manera perversa por “la loca de la casa”, como llamaba a la mente descarriada y a la imaginación, Santa Teresa de Jesús, a quien, seguramente, le tocó administrar y vivir con pensamientos funestos, pensamientos como los que muchos tenemos a las dos de la mañana en un horroroso desvelo, intentando cuadrar un sobregiro. El miedo, amigo de la desesperanza y constructor de vidas plagadas de angustia y depresión.
Y es que siento que así estamos a pocos días de la contienda electoral, en su primera vuelta para definir el próximo presidente de nuestro pais. La verdad, y hay que reconocerlo, el momento por el que atravesamos es muy complejo y riesgoso. Las alternativas son variopintas, de la izquierda recalcitrante, a la derecha sectaria, dice el adagio “todo extremo es vicioso”. Unos centros ladeados pa lado y lado y desde allí, la mayor desinformación, el uso de realidades desvirtuadas, que manipuladas de manera exagerada, son instrumentos generadores de pánico, de zozobra y de incertidumbre, con un gobierno que tiene bajos índices de aceptación, construidos y apalancados en gran medida por intereses políticos irresponsables.
No he sido el más positivo en mis pensamientos, sin embargo, y es extraño en mí, que siempre haya defendido la tesis de que “Ni tan, tan, ni muy, muy...”. Ni tan buenos que sean seudoperfectos, ni tan malos que deban ser olvidados por la historia, creo que a cada quien, lo de cada cual:
u El que de manera imperfecta tomó la decisión valiente de abrir una economía al mercado, que nos cogió con los calzones abajo, pero que se hizo y se requería.
u O el que valientemente se sentó al lado de una silla vacía en el Caguán, con un sentido profundamente estratégico y de gran humildad, y que con este acto inició un proceso de desprestigio de un grupo terrorista, posicionado en el mundo como los Robin Hood y con esto abrió las puertas al Plan Colombia y a los recursos económicos para enfrentar al monstruo.
u Otro, que oportuno y necesario, con “mano fuerte” puso orden en la casa, nos sacó del secuestro en que nos encontrábamos como colombianos, puso a los malandros en su sitio -estoy convencido que a punta de plomo no es factible terminar con un conflicto de guerrillas irregulares-, y que por otro lado abrió las puertas a la inversión, sinónimo de desarrollo y de confianza en lo nuestro.
u O el que se la jugó por el inicio de unas bases para la paz, en un país que nunca la ha conocido, primer pasito, pues la paz es el fruto de la justicia social, y a fe que estamos lejos. Solo miren el índice Gini, brecha entre pobres y ricos, y verán unas bases imperfectas, distantes en mucho de lo que uno quisiera. La firma con unos sujetos diferentes, para mí equivocados e infinitamente mal intencionados, para acordar o pactar tiene en sí mismo la necesidad de ceder, y esa es la realidad, esa es la esencia de una democracia participativa, sujeta al respeto a las diferencias. Por otro lado, resaltar, como obligación personal, a uno que se la jugó por reconstruir, o más bien construir, una infraestructura inexistente (Vías, puertos, aeropuertos), que será clave para el desarrollo de nuestro pais.
Así pues, todos malos o todos buenos, como en botica, hay para todos los gustos, todos tienen enjalma y peladuras, útiles para desprestigiar, despotricar y destruir. ¡Siento, tristemente, que en eso estamos!
Ayer hablaba con mi hijo y, desde mis miedos, le planteaba que iba a votar por tal personaje, que si bien no era lo que más me convencía, era lo menos malo y lo mejor para el pais. Me dijo, yo votaré por el que más me gusta, por el que tiene el mejor programa de Gobierno, por uno equilibrado, experimentado y que según “mi conciencia” es el que más le sirve al país.
Así las cosas y con semejante viajado, les puse reversa a mis miedos y decidí que votaré en conciencia. Los invito.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015