“No hay nada más inmoral que el que posa de moralista”, Darío Echandía.
Tengo que confesarlo, soy bastante pesimista sobre la factibilidad y la sostenibilidad de la especie humana. Reflexiono bastante sobre el tema, como resultado de las monstruosidades que hacemos todos los días. Ya somos cerca de 7.500 millones de ciudadanos, en nuestro pequeño globo terráqueo y sé que los malos y los dañinos son la minoría, pero son los que se ven, los que se hacen sentir, los que a partir de sus desafueros apabullan a las mayorías. En este mundo el respeto a los poquitos es el irrespeto a los muchos.
La moral y la ética, que están ligadas en su esencia, se constituyen en una de las bases fundamentales sobre las que cimentamos nuestros comportamientos y nuestros actos.
En días pasados un hecho generó controversia, para otros indignación, otros lo entendimos como una “colombianada”, se dio una importante reacción en redes sociales con diferentes posiciones, y si bien puede verse como una nimiedad, como algo sin interés, creo que sirve para mostrar y para representar el punto que quiero plantear. El error, o más bien la “metida de pata” del Dr. Luis Felipe Gómez, hoy según entiendo, exgerente regional de ventas para Asia y Europa de Avianca, conocido por haber metido trago a un estadio en el mundial de Rusia, no tengo claro si como copartícipe en la entrada o si solo se lo tomó.
Don Google plantea que la moral “…son las costumbres, normas, tabúes y convenios establecidos por cada sociedad…” y así las cosas, el seudo delito cometido, por el Dr. Gómez, adquiere una connotación especial, pues somos colombianos, folclóricos, atrevidos, somos “pícaros” en el buen y el mal sentido de la palabra, en últimas somos como somos, así nos educaron, así nos criamos… Cabe lo planteado por Jesús: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”, y qué pasó, Avianca se atrevió y aventó la piedra.
Los que me conocen saben que de lejos, me asistiría una inhabilidad para ser quien la tire y creo que no soy el único, pues hago parte de esa subespecie humana, denominada colombiano. ¿Quién de nosotros, tomando cerveza legal en un estadio en Rusia, no recibiría un aguardientico?
No me asiste, ni me cabe, hacerle al Dr. Gómez un juicio sobre este episodio, lo que pretendo es a partir de este hecho, y como ejemplo, revisar el comportamiento moral, ético y sobre todo coherente de Avianca, una firma reconocidísima y reputadísima en el mercado local, regional y mundial.
Aclaro, soy usuario asiduo de la aerolínea y reconozco un fuerte avance y una positiva evolución en la calidad del servicio que presta, sin embargo y como dicen: “Amor no quita conocimiento”. Creo que se equivocaron, a mi modo de ver la embarraron, “metieron la pata” igual que el Dr. Gómez. Se les fue la mano en el drástico y tajante trato dado, al terminar el contrato laboral, o como se dice “echar” a este profesional. Siento que se dejaron ver la peladura, se las dieron de impolutos y quedaron como unos “iloputos”, como lo planteaba nuestro filosofo - Edilberto Reyes, posaron de dignos, de muy majos y muy tiesos, y no les lució; los percibí incoherentes con su propia historia y más grave aún, con muchos de sus actos que conllevan a su realidad actual.
En sus declaraciones de su gobierno corporativo, hablan de “respeto”, y es allí donde, en muchos casos se puede ver la llaga de Avianca. Equivocarse es de humanos, el error es válido, tanto que ha sido y es instrumento de gran aprendizaje.
Podría uno siendo bien radical, decir que Avianca, igualmente “se merece una echada” pues la embarró en el manejo de su coherencia empresarial. Ejemplo de ello:
- Con tristeza recuerdo el manejo, por lo menos irrespetuoso -caben muchos calificativos-, que le dieron a nuestra aerolínea Aces. Siempre sentí que la adquirieron, la manosearon, la quebraron y la fusionaron, y si bien este actuar es “válido” en los negocios, a partir del “sucio y cochino capitalismo”, cabe preguntar: ¿Fueron éticos? ¿Respetaron los intereses de los minoritarios? ¿El de los clientes? ¿Esta actuación se enmarcó en una aceptada moral empresarial?
- Abusar de los precios del servicio, alejándose escandalosamente de los razonables, por el hecho de ser monopolio en mercados como el nuestro. ¿Sera ético?, o más bien será pelético y peludo.
- La cancelación de vuelos, que podría calificarse como sistemática. ¿Es respetuosa? ¿Es alineable a su gobierno corporativo?
- Que dejen a sus clientes entre un avión por tiempo indeterminado, mientras aparece una tripulación no programada debidamente, ¿Es un error logístico válido y perdonable?
La reflexión es sobre el equilibrio y la justa medida, en este caso puntual es quién y cómo administro el “rasero”, cuales errores son asumibles y cuáles no. A quiénes se les trata con ensañamiento y a quiénes no. ¿Se debería entonces despedir al que por hacerla bonita, la hizo fea y afectó la reputación de la empresa por dejar ver un acto de incoherencia? ¿Quién toma la decisión de despedirlo?
Hoy tiramos la piedra y no tenemos, ni remota idea dónde va a caer, ni qué daño va a hacer. El manejo de lo mediático nos quedó grande.
Para mí es claro que lo más parecido a la Moral, es el arbusto perteneciente a la familia Moraceae, definido científicamente como Morus Nigra o comúnmente como Mata de Mora, elevado a la doble potencia, o sea la doble moral.
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