Actualmente está en discusión en el concejo municipal la aprobación de un nuevo plan de ordenamiento territorial para la ciudad. La ley contempla que esta discusión debe darse entre los sesenta días hábiles contados desde la fecha en que fue puesto en consideración por parte de la administración al concejo municipal. Los concejales tienen la potestad de aprobarlo o negarlo durante este tiempo. En caso de que no tomen una decisión, pasado este plazo, el plan presentado por la administración a consideración del concejo quedará en firme. Cualquier modificación que se presente a un articulado del proyecto dentro del trámite en el concejo, tiene que ser avalada por el ejecutivo. Así las cosas el POT debe de estar listo antes de que se termine el mes de julio.
El plan de ordenamiento territorial es una normativa que establece cómo se puede llevar a cabo el desarrollo físico de la ciudad. El que está vigente fue aprobado en el año 2001 y ha tenido algunas modificaciones, entre ellas la del 2003 que estableció las áreas de expansión, que consiste en permitir que se puedan desarrollar proyectos urbanísticos en nuevas áreas que se estiman aptas para tal fin. En esa oportunidad se aprobaron dos áreas, la primera en el sector del Rosario y la segunda en La Aurora, -que queda en la parte posterior del barrio La Sultana-.
Dentro de la discusión del nuevo POT, el concejo está propiciando una serie de debates para informarse sobre lo que piensa la comunidad sobre el proyecto. Uno de los debates más álgidos ha sido el tema ambiental, que ha tenido mucha relevancia especialmente por los estragos que se presentaron por la pasada ola invernal.
Hay que tener en cuenta que tal como lo establece la ley, el proyecto de acuerdo del POT en su parte ambiental antes de ser presentado al concejo, fue aprobado por Corpocaldas. Las discusiones ambientales en el mundo se han vuelto muy complicadas, para la muestra la gran controversia que se ha producido contra el señor Trump por oponerse a los acuerdos que se han firmado para atender el cambio climático.
Una de las discusiones más fuertes del concejo es el proyecto urbanístico Tierra Viva, localizado en el sector de La Aurora y que cumplió con todos los requisitos legales para que como área de expansión pudiera ser desarrollado como una urbanización. Solo le falta la aprobación de la licencia de construcción, la cual está en trámite, en la Curaduría Segunda de la ciudad. Esta es la única entidad competente para aprobarla o negarla. En medio del trámite de su aprobación los urbanizadores, de acuerdo al marco legal, pueden hacer las correcciones y modificaciones que sean solicitadas por el curador, quien a su vez también debe atender las solicitudes que le hacen acogiéndose a las disposiciones legales vigentes.
El cuestionamiento al proyecto es ambiental. Aclarando que el terreno donde se va a construir la urbanización no es un bosque -desde hace muchos años es un potrero- y que es responsabilidad del urbanizador el construir la vía de acceso y los servicios públicos, los reparos que se le hacen es que este puede afectar el suministro de agua a la ciudad y que se encuentra localizado en la Zona Amortiguadora del Parque Natural.
El proyecto ya fue aprobado ambientalmente por Corpocaldas, es claro que no está en Zona de Parque Natural y el gerente de Aguas de Manizales informó que el desarrollo del proyecto no iba a afectar el suministro de agua de la ciudad. Sin embargo, estamos en un Estado de derecho por lo que hay que ver qué dicen los jueces de la república sobre los reclamos y demandas que se le están haciendo al proyecto.
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