En este país ser alcalde, gobernador o inclusive presidente puede ser de las actividades más complicadas de ejercer. Una cosa es cuando se está en campaña, donde se puede prometer de todo y otra muy distinta cuando se está en el poder. Cumplir con sus promesas de campaña y con su programa de gobierno es muy difícil y complicado. El tiempo en el ejercicio del poder se pasa muy rápido y cuando menos se piensa este se acaba.
En un país como el nuestro poder hacer obras y ejecutar programas de gobierno es muy difícil. La normatividad es muy complicada, la comunidad es excesivamente cuestionadora y el estado está diseñado para que las cosas no se hagan. Por eso cuando llegan al final de su mandato, muchos gobernantes y aún los gobernados se sienten defraudados y desilusionados.
El presidente Santos se puede sentir tranquilo porque firmó la Paz, se ganó su premio nobel, hizo un gran esfuerzo para poder desatrasar la malla vial y logró, en medio de grandes dificultades, sostener la economía del país. En términos generales se puede decir que hizo un buen gobierno. Desafortunadamente no fue un buen vendedor de su imagen y especialmente de su gestión y tuvo un contradictor político muy fuerte que no le permitió que la comunidad viera con buenos ojos su obra de gobierno. Solo la historia se encargará de dar su veredicto final.
Ahora estamos en la parte final de la campaña electoral para elegir al presidente de nuestro país, con dos candidatos que son dos polos opuestos. Atrás en la primera vuelta quedaron candidatos muy buenos y cualquiera de ellos podría haber sido un buen presidente. Sin embargo, las reglas de juego son claras y solo quedan dos contendores. El uno con un discurso y un pasado que atemoriza a mucha gente, que piensan que elegirlo es un salto al vacío y el otro que aparentemente es muy joven -lo que no necesariamente es un defecto- para ocupar el cargo y tiene un mentor que genera muchas antipatías e incomodidades entre los electores. La esperanza y así debe ser en caso de ser elegido, es que logre tener independencia -sin pelear- de su mentor y pueda llegar a ser un buen presidente.
Es claro que dentro de los candidatos que quedaron fuera de la contienda hay uno que con unos diitas más de campaña habría llegado a la segunda vuelta y que muy seguramente sería nuestro próximo presidente, pero las cosas no se dieron así. La primera vuelta mostró claramente que en materia electoral hay dos países muy distintos. Uno para las elecciones de alcaldes, gobernadores y congresistas. En estas hay voto amarrado y los electores votan por los que le digan sus jefes políticos. Mientras que en las presidenciales no es tan fuerte el voto amarrado y muchos electores se sienten libres para votar por el que quieran.
Actualmente el país se encuentra batiéndose entre la derecha, la izquierda y los electores del centro. Los representantes de la derecha y de la izquierda son los que siguen en la contienda electoral, pero para que alguno de los dos llegue a la presidencia, necesitan los votos de los del centro y la mayoría de éstos ya tomaron la decisión de votar en blanco o no votar. Por este motivo el señor Petro anda muy preocupado porque sin estos votos, le va a quedar muy difícil ganar la presidencia.
De todas maneras el país tendrá Petro para largo rato, por lo que las personas que tienen tanto miedo de que llegue en un futuro a la presidencia, deben confiar en que Duque haga un buen gobierno y se pueda disponer de nuevos candidatos que le den tranquilidad y seguridad a los electores.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015