Las modalidades de transporte público de pasajeros informales o más bien ilegales que se tienen en el país son: bicitaxismo, transporte especial, mototaxismo, transporte particular y el que se usa por medio de las plataformas tecnológicas. El bicitaxismo no se ve en nuestra ciudad. En Bogotá la prestación de este servicio es impresionante, porque unos “ciclistas” mueven unas carrocerías para transportar pasajeros impulsadas por su pedaleo y soportados por un motor que facilita el esfuerzo que debe hacer quien conduce. Son vehículos que normalmente transitan por los andenes generando un enorme riesgo para los peatones. 
El transporte especial es un servicio que se presta para el transporte de estudiantes o de empleados. Tienen una ruta y unos horarios debidamente establecidos. El mototaxismo, que es muy escaso en Manizales, puede ser el más peligroso de los servicios informales, debido a que el usuario de este tipo de transporte va de parrillero. Hay que tener en cuenta que en el país se tienen más de 14 millones de motos circulando, que aportan el 57% de los lesionados por accidentes de tránsito y lo más increíble el 44% de los propietarios de las motos evaden la compra del SOAT; es decir, los usuarios de este servicio tienen una alta probabilidad de accidentarse y sin ningún seguro que les cubra las lesiones que puedan llegar a tener. 
El transporte de pasajeros en vehículos particulares se da de dos formas: Una, los vehículos pasan frente a los paraderos de buses ofreciendo el servicio con una ruta establecida y cobran una tarifa; inclusive en algunas oportunidades no tienen necesidad de promocionar sus servicios, mientras van transitando hacen un cambio de luces en las farolas de sus carros y los potenciales usuarios entienden el mensaje. La segunda, parquean los carros cerca a los paraderos y personalmente ofrecen sus servicios como transportadores. Afortunadamente esta modalidad de servicio es muy perseguida por nuestras autoridades de tránsito. 
Además de estos servicios informales para el transporte de pasajeros, se dispone de las plataformas tecnológicas, siendo la más promocionada y atacada la de Uber -entre otras en Manizales no funciona este servicio por un control muy fuerte que han hecho los taxistas y la Secretaría de Tránsito-. Son muchas las aplicaciones tecnológicas que existen para la prestación de transporte de pasajeros y también son utilizadas las redes sociales. Se disponen de plataformas tecnológicas específicas para el transporte de personal que labora en empresas que estén localizadas en un mismo sector. Los estudiantes ofrecen sus vehículos para transportar compañeros utilizando facebook o whatsapp. 
El gobierno nacional se dejó coger ventaja en el control de la prestación de los diferentes servicios de transporte informal. Inclusive la proliferación de este tipo de transporte se ha dado por tolerancia de algunos alcaldes, quienes propician la prestación de estos servicios. Un ejemplo claro de esta tolerancia es el alcalde de Cali, quien manifestó públicamente que mientras el transporte público de pasajeros no funcionara eficientemente no iba a hacer control a los vehículos ilegales. 
Los mototaxis son una realidad especialmente en la costa y en las ciudades de clima cálido; un ejemplo, de cómo está arraigada la prestación de este servicio, se dio en la pasada final del partido de fútbol del torneo de ascenso de la “B” que se jugó en Santa Marta entre el Unión Magdalena y el Cúcuta Deportivo, donde el reconocido árbitro de fútbol, Wilder Roldán, llegó al estadio para pitar el partido en un mototaxi.
Los taxistas han estado enfrentándose abiertamente contra Uber, pero el enemigo no es esta plataforma. Uber tiene una competencia que es Beat, cuyo servicio es similar, pero más barato. Entonces la solución no es impedir el uso de esta plataforma en el país, como algunos lo están solicitando. El uso de las aplicaciones tecnológicas para muchas actividades están disparadas, tanto para la prestación de transporte, como para otras actividades. Rappi que es una aplicación mediante la cual se dispone de una red de mensajería dentro de las ciudades, puede ser de las más utilizadas en nuestro medio. Lo grave es que el país está llegando tarde a la regulación de estas nuevas tecnologías y no sabe qué hacer para poder reglamentarlas.