En la historia reciente de nuestro país, al menos en lo que tiene que ver en el presente siglo, un presidente elegido no había llegado a ejercer su mandato con tanto ruido como el que se le está haciendo a Iván Duque. Ruido que viene no solo de sus enemigos políticos, sino también de sus amigos e inclusive de su mentor político, porque el tema de la renuncia como congresista del expresidente Uribe está generando mucha controversia.
No deja de ser muy paradójica la gran fuerza política del expresidente Uribe en nuestro país. En los años 2002 y 2006 ganó las elecciones presidenciales en la primera vuelta. Santos llegó al poder con los votos de Uribe en el 2010 y en el 2014 ya sin el apoyo de Uribe y mañana se posesiona Iván Duque como presidente, quien salió elegido con los votos de Uribe.
De las últimas cinco elecciones presidenciales en el país, Uribe ha logrado ganar cuatro. Sin lugar a dudas es el gran barón electoral del país de los últimos tiempos. Durante su paso por la presidencia, casó varias peleas, siendo una de las más fuertes la que dio contra la Corte Suprema de Justicia. En el año 2014 cansado de una serie de acusaciones que le hacía un senador del Polo Democrático, decidió denunciarlo ante la corte por manipulación de testigos y sin calcular que le iba a salir “el tiro por la culata”. La Corte no solo no halló culpable al que estaba denunciando a Uribe, sino que decidió investigar al expresidente por soborno y fraude procesal. Es decir, que de acusador pasó a ser acusado. Uribe salió ante los medios a decir inicialmente que renunciaba al senado y posteriormente que aplazaba su renuncia, dejando a Duque preocupado porque puede perder a su mejor aliado en el congreso y al país perdido no tanto por su posible renuncia, sino por el manejo que le está dando al tema.
Nada fácil está el ambiente político del país. Uribe además de ser el senador más votado, con más de 800 mil votos en las pasadas elecciones, es un gran manejador de la opinión nacional. La pelea con la Corte Suprema va a ser muy complicada para el país. Por un lado Uribe genera odios y amores y tiene una inmensa capacidad de manipulación a la comunidad y por el otro lado la imagen de la Corte Suprema a nivel nacional no es la mejor.
En medio de este caos Duque tomará posesión de su presidencia y como todas las regiones, Caldas tiene que estar pendiente del ejercicio de su mandato. Es claro que Duque fue elegido en gran parte por los votos de Uribe y este departamento ha sido uno de los grandes fortines del expresidente. Por tal razón tenemos muchas esperanzas en que cumpla con las promesas que hizo como candidato.
Una de ellas fue la de que aspiraba a poder aterrizar en el Aeropuerto del Café. Según las disposiciones de la Aeronáutica Civil, la pista de los aeropuertos debe ser construida por esta entidad, que entre otras ya avaló todos los estudios que requiere el proyecto. De modo que todo está dado para que el presidente Duque honre su palabra de campaña.
También al presidente Duque se le debe insistir en la continuación del mejoramiento de la carretera a Mariquita. La mala experiencia que se tuvo con la construcción del Túnel de La Línea, no va a permitir que en muchos años se construyan túneles de más de 10 kms en el país, que es el que requiere una nueva vía como la de Manizales a Mariquita.
Según lo anterior, se debe seguir insistiendo en el mejoramiento de la carretera actual. Es decir, que se continúe con el mantenimiento de la carretera, propiciar la construcción de las variantes en Padua y Fresno y los viaductos de Mesones y Sabinas y obviamente que se termine de construir la doble calzada entre la Estación Uribe y Maltería.
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