Estábamos hablando del Palacio de la ópera de Viena. Cada año desde 1935 se celebra allí el Gran Baile de la Ópera, que es conocido en todo el mundo. Cerca se encuentra la casa donde murió Franz von Suppé, el famoso compositor de operetas. (1819-1895). Llegado a este punto debo decidir: me voy hacia el palacio de la Secession, con toda la carga artística que representa o me dirijo hacia el centro de la ciudad antigua donde está la joya más preciosa de los vieneses, la Stephansdom, la catedral de San Esteban. Me decido por esto último. Abandono pues la Opernring y tuerzo en ángulo recto entrando a la Kärntner Strasse que lleva directamente a la catedral. Es una calle muy concurrida con lujosos almacenes a ambos lados y que muere en la plaza de la catedral donde tuerce a la izquierda y se convierte en la calle más famosa e icónica de Viena, la llamada Graben que conduce al palacio de los emperadores.
Detrás de la Ópera se encuentra el más lujoso hotel de Viena, el Sacher, construido en 1875 por Eduard Sacher. Fue y es uno de los más elegantes hoteles del mundo. Su lujo es fuera de serie. Estando detrás de la Ópera es comprensible que allí se alojaran directores de orquesta como Leonard Bernstein y Herbert von Karajan (cuyo nombre lleva la placita que hay al frente del hotel), cantantes de ópera como Plácido Domingo, José Carreras y Leo Slezak, además del propio emperador Francisco José, Indira Gandhi, el rey Eduardo VIII y su esposa la norteamericana cuatro veces divorciada Miss Wallis Simson, Isabel II, Rainiero y Grace Kelly, John F. Kennedy, Rudolf Nureyev, John Lennon y Yoko Ono y Romy Schneider durante la filmación de la película Sissi, de la que ya hemos hablado. Terminada la Segunda Guerra Mundial, Austria, igual que Alemania, como ya lo dijimos, fue dividida en cuatro partes que gobernaban las potencias ganadoras de la guerra. En el hotel Sacher se alojaron los gobernantes ingleses de la ocupación. En este hotel se han filmado muchas películas. Una de ellas es “El tercer hombre”, cuyo guión fue escrito por el novelista Graham Greene. Cerca del hotel se encuentra la casa donde vivió un tiempo Antonio Vivaldi.
Franz, el padre de Eduard, se inventó una tarta en 1832, que lleva su nombre, la tarta Sacher (Sachertorte). Sus principales ingredientes son el chocolate negro y el confite de albaricoque. Con toda seguridad es la tarta más famosa del mundo y todos los que visitan Viena no se pueden privar del placer de degustarla. Sobra decir que hay que hacer largas colas para entrar a la cafetería del hotel donde se vende y a la confitería Demel, la más renombrada de Viena donde también se comercializa. Hubo en el siglo pasado un sonado lío judicial en Viena por la propiedad de la tarta, entre el hotel Sacher y la confitería Demel. Al fin se solucionó dando dos nombres distintos a la misma torta. En cada nombre aparece desde luego la palabra Sacher. “Original SacherTorte” para las tartas del Hotel y Eduard-Sacher-Torte para las que venden en la pastelería Demel. Es tan popular esta tarta entre los vieneses que el 5 de diciembre se celebra el “Día Nacional de la tarta Sacher”. En la pastelería Demel venden las violetas azucaradas Demel que eran los confites preferidos de la emperatriz Sissi. Sobra decir que tanto el Hotel Sacher y la pastelería Demel eran nada más y nada menos que K.u.K.
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