El corazón de Mala Strana es indudablemente la plaza del mismo nombre que en checo se llama Malostranske Namesti. La joya de la plaza es la colosal iglesia de San Nicolás, cumbre del barroco religioso de Praga. Siendo tan imponente y bella la iglesia, se me ocurre a propósito citar unos versos de La Perrilla de Marroquín, “mas sin pasar adelante es preciso que un instante gastemos en describirla”. Ella es la perla del barroco y sus arquitectos los maestros del barroco de Praga. Se trata de la familia Dientzenhofen. El más famoso de ellos y a la vez el más importante arquitecto del barroco tardío en Bohemia fue Killan Ignac Dientzenhofen, el constructor de la iglesia de San Nicolás. Su padre fue Christoph y sus tíos Georg y Johann, arquitectos todos que dejaron importantes palacios e iglesias en Praga. El órgano de la iglesia tiene 2.400 tubos y fue tocado por Mozart en 1787. El interior de la iglesia deja boquiabierto al visitante. Sabido es que los jesuitas llevaron adelante en Bohemia la lucha contra la Reforma protestante y su estilo arquitectónico bandera fue el barroco, con cuya magnificencia querían representar la majestad y la gloria de Dios.
El marco de la plaza lo forman una serie de palacios barrocos de hermosa factura y estos son: Palacio de Liechtenstein, palacio Sternberg, palacio Smirick y palacio Kaiserstein. Lo dicho al principio de estas crónicas sobre Praga: es una de las tres ciudades más bellas del mundo. Por donde se la mire, por las calles que se transiten, por las plazas y jardines que se recorran, por todas partes hay palacios, todos a cuál más hermoso.
En el palacio Kaiserstein se recuerda a la famosa soprano Emmy Destinn. Allí le han levantado una estatua. Su nombre completo era Emilie Paulina Venceslava Kittlova y desarrolló su actividad como gran cantante de ópera antes de la Primera Guerra Mundial o sea que su vida artística corresponde al imperio austro-húngaro. Fue compañera asidua en los escenarios del más grande tenor de todos los tiempos, Enrico Caruso. Permítaseme una confidencia. Tuve la suerte de tener de alumno en el Colegio Champagnat de Bogotá, donde actualmente trabajo, a un sobrino nieto de Caruso y que lleva su apellido.
Una de las calles más famosas de Praga es la Nerudova que toma el nombre del poeta Jan Neruda que en una de sus casas vivió. Es famosa por la serie de casonas y palacetes que la enmarcan y además porque de Jan tomó su pseudónimo “nuestro” nobel latinoamericano Pablo Neruda, cuyo nombre de pila era Neftalí Reyes Basoalto.
El segundo palacio más grande de Praga es el Wallenstein. La verdad es que su dueño quiso rivalizar con el palacio real y hacerlo más grande. Para construirlo se debieron derruir 26 casas y otras edificaciones adyacentes. Su dueño fue Albrecht Wenzel Eusebius von Wallenstein, el más famoso militar checo de la Guerra de los Treinta Años y vencedor en “mil batallas”, al servicio del rey Fernando II y de la causa católica contra los protestantes y sus aliados los daneses y los suecos. Por sus triunfos recibió varios títulos nobiliarios. Su orgullo lo llevó a conspirar contra el rey quien, ni corto ni perezoso, lo mandó asesinar. Pero dejó a Praga, al arte y a la posteridad un enorme y bellísimo palacio que es hoy sede del senado de la República Checa. Enorme, sí señor, enorme, como enorme es su jardín. Seguiremos hablando del palacio.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015