El llamado Tapón del Darién lo comparten Colombia y Panamá y abarca 575 mil hectáreas de selvas, montañas, sabanas, ciénagas, ríos y cascadas y es una de las zonas más lluviosas del planeta, de allí viene, en gran parte, su fertilidad y su enorme riqueza faunística. Se llama Tapón porque hasta allí llega la carretera Panamericana por ambos lados, por el colombiano y por el panameño. Factores políticos y ecológicos no permitieron que se realizara el sueño que surgió en 1929 cuando los gobernantes de los países americanos tuvieron la idea de unir todos sus países con una carretera que partiendo de Alaska llegara hasta Cabo de Hornos y que se llamaría carretera Panamericana. La selva del Darién impidió que se unieran los dos tramos de la vía, el colombiano y el panameño. En 1937 se comenzó a construir la carretera y cada gobierno se encargó de pagar el tramo correspondiente a su territorio. En la década del 60 surgió la controversia sobre la forma de sortear el tramo selvático. Unos decían que debía trazarse simplemente una línea recta, otros que no, que la carretera debía ir paralela y pegada al mar. Otros decían que para conservar intacta la selva se dispondría de una flotilla de barcos y barcazas que transportarían a hombres, ganado y mercancías entre los dos países.
En uno de mis viajes a pie por el Tapón del Darién, considerado como la selva más peligrosa, enmarañada y encenagada del mundo, encontré los restos de un automóvil que fue objeto de muchas historias. Ya no quedaba casi nada, pues los sucesivos y osados aventureros que intentaron cruzar el Tapón le fueron robando las piezas. Ya no quedaba sino el cascarón. Una de las historias dice que en 1961 intentaron pasar por allí un automóvil corvair de la General Motors para que hiciera el viaje completo entre Alaska y el Cabo de Hornos y su travesía se utilizaría como propaganda para esta marca de vehículos. Le iban abriendo camino tumbando monte, atravesando ciénagas y ríos. Hicieron mal el cálculo de la gasolina y cuando llegaron los que se habían regresado a Panamá por el combustible encontraron que ya se habían robado el motor. Otra historia dice que el esposo de una política colombiana que ya está dedicada a otras actividades y cuyo nombre omito para evitar posibles problemas jurídicos, quería introducir el automóvil al país por esa región para no pagar impuestos. Sea lo que sea allí están las latas como advertencia a los humanos de lo que es enfrentarse a los poderes de la naturaleza.
La historia del Parque Katíos es curiosa. Realmente no se creó por motivos estrictamente ambientales sino por la presión de Estados Unidos sobre los dos países colindantes del Tapón para que la selva sirviera de muro (¡ahora Trump vuelve a la idea de los muros!) y no pasara la fiebre aftosa de Colombia a los Estados Unidos haciendo tránsito por Centroamérica. Por eso el Parque en su origen se llamó Katíos USDA. Esta es la sigla de la Secretaría de Agricultura de los Estados Unidos y durante muchos años los Estados Unidos aportaron dinero no solo para la creación del Parque sino para su mantenimiento. En 1970 hubo en efecto en Colombia una fuerte epidemia de aftosa que asustó a los colosos del norte.
En 1972 Panamá protegió su parte del Tapón con la creación de una Zona Especial Forestal.
El uso de este sitio web implica la aceptación de los Términos y Condiciones y Políticas de privacidad de LA PATRIA S.A.
Todos los Derechos Reservados D.R.A. Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin la autorización escrita de su titular. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved 2015