Los científicos están tremendamente preocupados en Colombia por la proliferación del pez león y hasta ahora la única medida tomada ha sido por parte de algunos chefs que lo ofrecen como delicioso plato gastronómico. Y así lo sirven en algunos restaurantes en Cartagena y en Bogotá. Pero esta medida no es suficiente. La preocupación también es grande por la llegada al país del caracol gigante y de la rana toro entre otros animales exóticos. Y para terminar esta digresión quiero hablar de los monos del Parque Nacional Natural Gorgona, que fue por donde debí empezar. La porción terrestre la forman fundamentalmente las islas de Gorgona y de Gorgonilla. En la primera no se encuentra un solo nido, en la segunda abundan. Las dos islas están separadas por un canal que hace unos años se podía pasar caminando, con el agua al cuello. Yo lo hice así algunas veces. Ahora es imposible porque por causa de un terremoto ocurrido en la zona el suelo marino se hundió, hecho que produjo, además, la casi desaparición del bello islote llamado el Viudo. En la isla Gorgona se han multiplicado sin control los monos. Su verdadero depredador serían las boas terrestres, las llamadas Constrictor. Pero, ¡oh sorpresa! Hasta las boas están desapareciendo por culpa de los monos que en gavilla las matan. Recordemos que Gorgona fue famosa por la cantidad de serpientes. Francisco Pizarro en su viaje al Perú allí pasó unos días y algunos de sus soldados murieron mordidos por serpientes venenosas. Por ello la isla recibió el nombre de Gorgona, el monstruo de la mitología griega que en vez de peinar cabellos peinaba serpientes. Acortemos la historia. Los monos están acabando con todos los animales de la isla. Visitando las ruinas de lo que fue la prisión de Gorgona, vi un mono que agarraba de la cola a una iguana y la sacudía contra el suelo como quien sacude ropa en un lavadero. La iguana tenía un metro de longitud. Propuse a Parques que se hiciera algo con los monos por el bien de la vida silvestre de la isla y no se ha hecho nada. Lo más sencillo sería ubicar a muchos de ellos en un hábitat propicio fuera de la isla, un hábitat suficientemente amplio y no tan pequeño como la isla.
Volvamos al famoso ferrocarril del Canadá, cuyo ícono es el castor. Entre los problemas que tuvo la construcción fue el paso por la tierra de los Blackfoot, los famosos “firstnations” Pies Negros, que habitaban en Estados Unidos y también en Canadá. Se llamaban así porque pintaban de negro sus mocasines. Ellos se oponían al paso por sus territorios del “caballo de hierro que fuma”. En ese momento su caudillo era Crowfoot que comandaba los Siksika Blackfoot. Las negociaciones terminaron cuando le ofrecieron un tiquete de por vida y él aceptó. Así de sencillo.
Durante la construcción del CPR el principal obstáculo fue encontrar un paso entre las Montañas Rocosas. La línea avanzaba desde el este por regiones relativamente planas hasta que llegó a estrellarse contra el murallón de las Rocosas en el Estado de British Columbia. Se trata de las Selkirk Mountains. Hallar el paso parecía imposible. Al fin el Major Albert Bowman Rogers lo encontró. Se trata de un valle estrecho totalmente rodeado de montañas nevadas y que pertenece al Glacier National Park. Allí durante el invierno caen entre 10 y 15 metros de nieve. Pero era el único paso posible. Y hoy el paso lleva el nombre de su descubridor: Major Rogers Pass.
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