Había leído en alguna parte que el Liechtenstein Museum es el edificio barroco más bello y más grande de Viena. Hacia allá me dirijo. Realmente es hermoso. Teniendo poco tiempo y faltándome todavía más de las tres cuartas partes de Viena por visitar, con gran pena no entré, pero supe que tiene una valiosa colección de grandes pintores. Van Dyck, Cranach el Viejo, Rubens, Rembrandt y Rafael entre otros. En una calle cercana de nombre larguísimo, como tantas palabras alemanas, Nussdorferstrasse, encontré otro tesoro, la casa donde nació Schubert en 1797. La casa ha sido convertida en museo y guarda muchos objetos que fueron del músico y de su familia. No muy lejos se encuentra la iglesia parroquial de Lichtental donde fue bautizado el músico.
Llegado a este punto decidí dirigirme hacia el centro y pasando frente al Parlamento y al monumento a la República llegué a la famosa plaza de María Teresa que se encuentra en el sector del Ring llamado Burgring. El monumento a María Teresa es impresionante, de 20 metros de altura. La emperatriz tiene en las manos el famoso documento llamado Pragmática Sanción por el cual, contradiciendo la ley sálica, declaraba que las mujeres sí podían aspirar al trono. Rodean a la figura sedente de la emperatriz estatuas de personajes que estuvieron relacionados con ella, además de cuatro figuras alegóricas que representan a la justicia, la sabiduría, la fuerza y la benevolencia. Y me dispongo a visitar el Museo de la historia del arte: Kunsthistorisches Museum. Dos soberbios edificios enmarcan la plaza de María Teresa por la Burgring: el ya nombrado Kunsthistorisches Museum y el Naturhistorisches Museum, museo de historia natural. Me dicen que es único en el mundo el caso de la existencia de dos gigantescos museos, uno frente al otro, con edificios exactamente iguales en sus portadas. Realmente son dos palacios con la estampa y el lujo que conllevan tales construcciones. Para entrar a cualquiera de los dos debo hacer acopio de fuerzas y sobre todo de tiempo, porque son inmensos. Me armo de valor y comienzo por el Museo de Bellas Artes, uno de los más importantes del mundo en su género. Tiene 91 salas. En el vestíbulo de la entrada ya sorprende el hermoso grupo escultórico de Teseo y el Centauro, en mármol blanco, obra de Cánova. Comencé despacio degustando las salas de los grandes pintores pero luego me di cuenta que a ese paso iba a necesitar por lo menos tres días para ver todo el museo y entonces debí, con gran pena, apurar. Donde veía una pintura famosa me detenía unos segundos más para admirarla. Así me ocurrió con La Torre de Babel de Brueghel el Viejo y con pinturas de Velásquez, Tiziano, Caravaggio y Rafael, entre otros muchos. Para que los lectores comprendan la riqueza e importancia de este museo y no crean que el calificativo de uno de los más importantes del mundo es exagerado, daré la lista de las principales salas: egipcia y oriental, chipriota, griega, grecorromana, etrusca, romana, paleocristiana, pueblos bárbaros, barroco, rococó, holandés, italiano, mosaicos florentinos, joyas, bustos, bronces, gótico, pinacoteca. Esta última sala es inmensa y posee centenares de pinturas famosas.
El museo de Historia Natural, ubicado al otro lado de la Plaza de María Teresa también es uno de los más importantes en su género en Europa. Algunos datos: 900 meteoritos, 3.000.000 de fósiles, 3.000.000 de hojas de herbario, 6.000.000 de insectos y 250.000 ejemplares de peces. Viena es una maravilla.
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