Y no solo para cumplir con la cuota de género o para inflar pecho en los informes, esto genera un incremento de la productividad en la economía de un país.
Menos mal el panorama está cambiando desde el campo laboral. Según datos del último Informe Global de la Brecha de Género realizado por el Foro Económico Mundial en el 2015, Colombia ha ganado una participación importante en cuanto a mujeres en puestos “senior” (legisladoras, funcionarias de alta categoría y puestos directivos) seguido por Ghana y Francia; y un tercer lugar entre los 20 países de la zona con mayores y mejores incentivos a la participación de la mujer en el sector empresarial. Además, el 15% de los emprendimientos en la región es liderado por mujeres empresarias, sin embargo en el sector de las TIC es aún muy pequeńa su participación.
Así mismo, el Banco Mundial asegura que las mujeres en la economía aumentan la productividad en el país, destacándose que la gestión y la administración de los recursos por parte de gerentes mujeres se traduce en resultados más eficientes y una participación considerable de la mujer en organizaciones de carácter social y comunitario en América Latina; datos que nos llenan de orgullo pero que nos deja una reflexión muy importante: Las mujeres están asumiendo un rol sustancial en la administración de las instituciones públicas y privadas, pero siguen siendo los hombres, en su mayoría, los que se sientan a hacer negocios y asumen un liderazgo tácito en el mercado cuando de emprender se trata.
Los motivos por los cuales las mujeres no estamos presentes en esta mesa son muchos: desde el rol de género en el hogar; la enorme brecha salarial entre hombres y mujeres; la cultura machista en general; y el aún increíble y todavía existente estereotipo de las áreas del conocimiento y competencias en el liderazgo y los negocios; este último es tendencia vigente, pues las mujeres prefieren las áreas humanas y los hombres tienen una mayor valoración por las ciencias duras y la estrategia, ambos géneros influenciados no por sus habilidades sino porque sus preferencias vienen de ideas preconcebidas en el contexto social en el que se desenvuelven, y que en últimas termina siendo, no un problema de capacidad, sino de percepción. Y es un problema muy importante, pues el hecho de que no ejerzamos como empresarias, especialmente en el área de las TIC, se debe principalmente a la idea que tenemos de nosotras mismas.
La directora operativa de Facebook Sheryl Sandberg, en un video de TEDx, habla del porqué tenemos muy pocas mujeres líderes, y menciona precisamente la percepción que cada uno de los géneros tenía sobre sí mismos: las mujeres se subestiman de manera automática y los hombres se exceden sobreestimándose. Las mujeres indicaban que sus logros y éxitos estaban condicionados por factores externos a ellas, mientras que los hombres atribuían el éxito a ellos mismos. Entonces mi pregunta es: a puertas de la cuarta revolución industrial y el avance en la ciencia y la tecnología (ciencias duras) żseguiremos viviendo de las percepciones o de las realidades?
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