Canta Héctor Lavoe “tu amor es un periódico de ayer que nadie más procura ya leer”. Concuerda con la conversación de 1975 en la que Jorge Luis Borges dijo que, siguiendo el consejo de Emerson, nunca leía prensa porque todo lo que publicaban era para el olvido y Ernesto Sábato le respondió que los diarios debían editarse una vez al siglo, sólo cuando pudieran publicar titulares del estilo “El señor Cristóbal Colón acaba de descubrir América”.
Esta semana visité el archivo de La Patria para buscar algo de 1935 y terminé leyendo con deleite noticias olvidadas acerca de la avanzada de la horda de izquierdistas rojos sobre los católicos pueblos de España (así era el tono del lenguaje periodístico en la época pre-Franquista); sobre ese estupor de Francia y Gran Bretaña ante los movimientos de tropas de Hitler en el Rin, y otras más locales que iban desde quejas por la baja participación caldense en el gobierno de Alfonso López Pumarejo, hasta diatribas contra la posibilidad del voto femenino.
Esas notas viejas muestran que la prensa registra el cambio diario en el curso de la historia. En 1998 hubo titulares como: “Serpa a un paso de la Casa de Nariño”, que hace cuatro años se repitieron con versión para Oscar Iván Zuluaga. El final fue distinto.
En varias décadas alguien podrá leer este periódico y dialogar con los que ya estemos muertos. Para ese lector será memoria u olvido lo que para nosotros es expectativa. En víspera de elecciones viene bien leer periódicos viejos para recordar que los titulares cambian, cada día trae su afán y en la puerta del horno también se quema el pan.