Hace 20 años Antonio Caballero publicó “No es por aguar la fiesta”, una compilación de sus textos de opinión. El título del libro es el de una columna en la que habló de la euforia por el triunfo de Andrés Pastrana en las elecciones en las que derrotó al Partido Liberal de Ernesto Samper. Allí escribió que liberales y conservadores son idénticos porque cuando están en la oposición se dedican a pedir puestos. El libro ganó el Premio Planeta de Periodismo en 1999 y aunque muchos de los artículos fueron pensados para la coyuntura del momento, todavía hoy se pueden leer con agrado. O mejor, con deleite estético y desagrado ciudadano porque en este país la política cambia para quedar igual.
Pero no quiero hablar de Caballero. O sí: siempre es grato compartir una buena lectura y lo que él escribe me parece que lo es. De lo que quiero hablar es de la Feria de Manizales que empezó ayer. Pensé en la Feria y recordé el título que usó Caballero: No es por aguar la fiesta…
Está muy bien que Manizales tenga su feria. “Pan y circo” decían los romanos, y acá el pan y el circo significan trabajo temporal para mucha gente que vive del rebusque o del emprendimiento, como ustedes prefieran. La ciudad se llena de turistas y aunque el tráfico se vuelva insoportable es bueno que tanta gente consuma en restaurantes, hoteles y negocios. Una inyección de recursos útil para una ciudad con problemas de desempleo.
También es una semana importante para las rentas departamentales. Por estos días se bebe ron y aguardiente a caudales y la Industria Licorera transfiere parte de esa plata al sector de la salud, el mismo que esta semana atenderá a los heridos de las riñas y los accidentes provocados por los borrachos de las ferias.
Tiene la Feria planes para variados gustos y bolsillos. Hay reinados, pero para quienes nos parecen anacrónicos hay toros, y si tampoco gustan hay cabalgata, y si nos da pesar de los caballos podemos ir al concierto del “Cantinazo”, y para los que no nos interesa eso hay artesanías, desfiles, fondas de arriería, tango o juegos pirotécnicos que asustan a los animalitos que podrían recuperarse en el Hospital Público de Mascotas que no existe aún, aunque fue promesa de campaña, y que ojalá no hagan nunca porque es un embeleco, habiendo tanto humano necesitando atención básica en salud, así sea para aliviarse de la resaca de estos días, que como todo enguayabado sabe, es una enfermedad que se siente cuasi-mortal, aunque se cure en un día.
No es por aguar la fiesta pero voy a recordar un detalle: la Feria la organiza el muy cuestionado Instituto de Cultura y Turismo de Manizales, que según la Lupa a la Contratación de la Corporación Cívica de Caldas y LA PATRIA contrató a dedo con cuatro entes sin ánimo de lucro la tercera parte de los montos para eventos entre enero y septiembre de este año. Según el ICTM, si contratan con los mismos es porque no hay con quién más hacerlo, pero según una base de datos de la Cámara de Comercio en Manizales hay al menos 29 empresas que cumplen los requisitos.
El informe de la Lupa a la Contratación trae otra perla: “Julián Arias Naranjo nuevo secretario general de la entidad, es hermano de la representante legal de Recreando, Maribel Arias Naranjo, la mayor contratista del ICTM hasta el 30 de octubre”.
Manizales se proyecta como una ciudad cultural. Para algunos interesados en este sector resulta incomprensible que el presupuesto de la Feria sume casi $7.000 millones, mientras la Feria del Libro, la Banda Municipal, las bibliotecas públicas y casas de la cultura se ven a gatas para conseguir apoyos oportunos y constantes del municipio. Aunque se llama Instituto de Cultura y Turismo, en realidad se dedica a la Feria, la miniferia de reggaetón y despecho que se inventaron para octubre y poco más. De la gestión a favor de la cultura el balance es tan pobre como el presupuesto que destinan para ello.
¡Que viva la feria! pero ojalá que viva también el control a la plata pública que se gasta ahí. No es por aguar la fiesta pero como dijo Antonio Caballero hace 20 años: “me empecino en pensar que lo que en Colombia hace falta es oposición política. Gobierno ha habido siempre, y siempre mal gobierno, porque nunca ha tenido oposición”.
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