En Historias clínicas, el libro con el que Octavio Escobar Giraldo ganó un premio nacional de poesía en 2016, aparece el siguiente poema:
Orlando, 42 años
Sus ojos están abiertos,
también sus pupilas.
El nervio óptico transmite imágenes hacia la nada que engendró la bala.
Gustavo López Ramírez ganó en 2011 un concurso literario en Medellín con el libro de cuentos “De cómo Johny el leproso se anticipó a la muerte”. El relato que le da título al volumen habla, entre otros temas, de un periodista asesinado y de un carro de la Asamblea Departamental que mueve sicarios de Medellín a Manizales.
La memoria de Orlando Sierra Hernández, asesinado en 2002, vivirá en esta literatura y en la que esté por escribirse, pero además vive en su propia obra publicada e inédita: 4 poemarios, 5 novelas, más de 400 columnas, entrevistas y reportajes, además de cuentos y ensayos. Lamento que estos textos sean tan difíciles de conseguir, pero confío en que se trate de una situación temporal y que en el futuro su variada producción periodística y literaria esté al alcance de todos.
En cuanto a su asesino, Ferney Tapasco, quien durante años presidió la Asamblea Departamental de Caldas a nombre del Partido Liberal, lo relevante se resume en un par de líneas: la Corte Suprema de Justicia confirmó este martes que fue el autor intelectual del crimen de Orlando y ratificó su condena a 36 años, 3 meses y un día de prisión.
El tiempo ubica a cada quien en el lugar que merece en la historia. Sin embargo vale recordar que algunos áulicos de Tapasco y su hijo Dixon Ferney, condenado en 2010 por paramilitarismo a 7 años y 6 meses de prisión, aún detentan cargos en el poder local.