La imaginación le da múltiples formas a los paraísos terrenales: desde islas caribeñas hasta templos para el fútbol. Las variaciones son tan amplias como surtidos son los placeres. En mi caso personal, mi versión coincide con una definición que le atribuyen al escritor Jorge Luis Borges: “siempre pensé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca”.
Borges, a quien le gustaba jugar con laberintos, espejos y palabras, dijo “algún tipo de biblioteca” y no “biblioteca” a secas. Se trata de un énfasis hecho por un poeta que conocía bien la exactitud del lenguaje y así mismo dominaba las posibilidades de las bibliotecas: fue director de la Nacional de Argentina. “Algún tipo de biblioteca” puede aludir a colecciones de libros y algo más. A una ñapa.
Un tipo de biblioteca, o mejor aún, un tipo de paraíso, es lo que estamos estrenando en estos días en Manizales. En realidad son dos paraísos a falta de uno: El Centro Cultural del Banco de la República y el Centro Cultural Rogelio Salmona de la Universidad de Caldas. Así como los turistas que visitan Medellín incluyen en su recorrido la Biblioteca España, o los que van a Bogotá visitan las bibliotecas Virgilio Barco, Luis Ángel Arango o Julio Mario Santodomingo, los dos nuevos centros culturales de la ciudad serán referentes obligados para quienes lleguen a Manizales así como para sus habitantes, pues todo lo que ofrecen estas bibliotecas con ñapa es gratis para el público.
La nueva sede del Banco de la República, en la esquina de la 23 con 23, conserva de la anterior únicamente la ubicación. El nuevo edificio que inauguran este viernes tiene 9 pisos que aglutinan alrededor de la biblioteca tradicional otro tipo de expresiones artísticas que van desde la pintura, la escultura y la música hasta la videoinstalación y la creación digital.
Se trata de una edificación ecológica con páneles solares y sistemas de recolección de aguas lluvias, diseñada en honor al paisaje cultural cafetero. Tiene cafetería, librería, sala para leer prensa, detalles en guadua, cultivo de plantas aromáticas de esta región, jardines verticales con las especies que viven en los bosques de niebla y numerosas referencias a las aves de la cuenca del Río Chinchiná, que con frecuencia vienen a estudiar ornitólogos de distintas partes del mundo.
La biblioteca tiene 80.000 volúmenes y hay un espacio para bebés y niños con 9.300 libros y objetos didácticos. También tiene auditorio para 250 personas que se transforma según la necesidad: el sonido puede ser acústico o amplificado. Cuenta con una sala de exposición de arte en la que rotarán piezas del Museo del Oro con pinturas y esculturas, incluyendo 44 obras que el Museo de Arte de Caldas le entregó en comodato al Banco. El Museo está celebrando 15 años de existencia pero aún no tiene sede. Que parte de su colección se pueda exhibir en el Banco beneficia a todos.
Por su parte el Centro Cultural Rogelio Salmona, ubicado entre la Universidad de Caldas y Palermo, no tiene todavía fecha oficial de inauguración pero ya empezó a usarse. Con ocasión del Isea, el simposio de arte electrónico más grande del mundo, esta semana se realizan en el Salmona exposiciones de arte y diseño, lo cual permitirá que muchos manizaleños conozcan este nuevo paraíso.
La primera de las tres fases del Salmona está casi lista y cuando se inaugure albergará 150 mil libros, tendrá auditorio, cafetería, espacio para exhibiciones de pintura y escultura, sala de medios, multimedia y video y una terraza que ofrece una panorámica hermosa de la ciudad y que además cuenta con otro auditorio al aire libre.
El Salmona y el Banco de la República son el resultado del esfuerzo de gente comprometida con la cultura como escenario para la inclusión y la transformación social. Ojalá la apertura de estos centros culturales genere nuevos desarrollos urbanos a su alrededor: que el soñado cable aéreo entre Los Cámbulos y las universidades sea realidad, y que los conciertos nocturnos y otro tipo de actividades que se realicen en el Banco de la República permitan reactivar la vida en el centro histórico, tan bonito de día pero tan oscuro y solitario en las noches.
Pie de página: El tiempo del ocio es el de las noches, sábados, domingos y festivos. Sería maravilloso que los nuevos centros culturales pudieran abrir en horario extendido y no solo en las jornadas de oficina.
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