En 1600 la Inquisición quemó vivo a Giordano Bruno por haber afirmado que el sol era una simple estrella. Su contemporáneo Galileo Galilei fue condenado a casa por cárcel por sostener que la tierra giraba alrededor del sol.
Hace siglos se sabe que Bruno y Galileo tenían razón, pero hay gente que no se entera: hace poco unos gringos anunciaron que harán un crucero hasta el borde del planeta porque están convencidos de que la Tierra es plana. Ya se han reunido en dos conferencias internacionales de “terraplanistas”, para discutir lo que a todas luces es un exabrupto.
Se trata de la evidencia contra la fe y hay gente que prefiere creer que saber.
Los terraplanistas parecen ridículos y tontos, pero parten del mismo principio en el que se basan los que niegan el Holocausto Judío de la Alemania Nazi, o el genocidio armenio cometido por los turcos: “a mí me parece que no fue así” dicen los que tapan el sol con un dedo y pretenden convertir su opinión personal en verdad irrefutable, en dogma universal.
Acá también los hay: el subpresidente Duque nombró esta semana como director del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) al negacionista Darío Acevedo, quien asegura que en Colombia no hubo conflicto armado.
El CNMH dijo el año pasado que entre 1958 y 2018 en Colombia hubo, en el marco del conflicto armado interno, 261.619 muertos en combates y hostigamientos, 177.719 asesinatos selectivos, 4.210 masacres, 238 atentados terroristas, 15.738 víctimas de violencia sexual, 80.472 desapariciones forzadas y 7.476.056 desplazados.
El nuevo director del CNMH es libre de opinar lo que quiera, pero los hechos (y las víctimas) siguen ahí, inocultables como el sol, que pese al dogma del Santo Oficio, aún no gira alrededor de la Tierra.