Antiecológico
Señor director:
El columnista Bernardo Mejía Prieto el lunes 29 incurrió en un error ortográfico, gazapo descomunal, corregido a tiempo por don Efraim Osorio en las "Quisquillas" del martes 07. Pero es más grave aún que asevere: "Los grandes contaminadores del medio ambiente no son los carros y además..."; es una falacia, un exabrupto que haga tan lamentable aseveración que en nada contribuye a la ecología, y, menos a evitar la extinción de los seres vivientes del planeta que se calcula para mediados del presente siglo. Stricto sensu, el "daño ambiental" que se produce es con la combustión de la energía fósil, o sea la del hidrocarburo petróleo y sus derivados: gasolina, diésel y alquitrán, expeliendo dióxido de carbono, CO2, en cantidades exorbitantes, que constituye el 86% de la "contaminación ambiental" existente, representada solamente en el transporte terrestre, dato para el año 2015, actualmente está por debajo del 80%, un avance no muy significativo. También son derivados del petróleo: el queroseno, los disolventes y la mayoría de los plásticos que contaminan el medio ambiente. Los derrames de hidrocarburos -petróleo- representan una de las mayores causas de la contaminación oceánica, ocasionando gran mortandad de aves acuáticas, peces y otros seres vivos, en las zonas afectadas son imposibles la pesca, la navegación y el aprovechamiento de las playas con fines recreativos. En estos términos para salvar la vida en el planeta se requiere cuanto antes permitir el uso de energías limpias que son realidad: eléctrica, solar, eólica y la de alguno que otro vegetal. Los países mayores productores de petróleo, los del llamado Medio Oriente: Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Kuwait, Irak, Irán..., y de América: Estados Unidos, México, Venezuela deben replantear la situación antes de que sea tarde. Primero nuestros hijos, nietos, bisnietos..., las generaciones por venir. Primero el agua, los nevados, los glaciares, los ríos, la fauna, la flora. No queda mucho tiempo para llegar al punto de no retorno en esta crisis del medio ambiente, resultado del "calentamiento artificial" (Sagan C., 1985) con su subsidiario principal el petróleo, 'el cáncer' de la ecología. Queda por reflexionar sobre la salida en falso de algunos "dirigentes políticos" como Juan Carlos Echeverri y Francisco Lloreda, ilustres ocupantes de los mejores cargos de las empresas petroleras, y hasta ministros de estado, que teniendo "conflictos de intereses", defienden lo indefendible, pues a futuro -más temprano que tarde-, Colombia tendrá que re-direccionar su economía petróleo dependiente; y, peor aún, los países como China y Estados Unidos que son los que más contaminan no asisten a las "Cumbres" de Tokio o París incumpliendo compromisos que ya habían firmado con anterioridad. También falta por hacer el análisis del proceso de extracción y refinamiento del petróleo que es devastador con la madre tierra, distinguida por el inglés James Lovelock -fundador de la Ecología- con el nombre de Gaía en honor de la diosa griega que en la mitología prestaba atención a las necesidades de las personas que respetan las leyes de la naturaleza, e intratable con las que transgredían; también promotor del uso pacífico de la energía nuclear como único recurso para disminuir el abuso de los combustibles fósiles y evitar que el sistema atmosférico llegue a un punto irreversible que lo desestabilice. Mencionemos una acción aislada y básica, para extraer un barril de petróleo se requieren cien barriles de agua, toda una desproporción, casi irracional. Estos análisis debieran tener más eco en los ingenieros de petróleos o afines, solidarios con campañas o proyectos para salirle al paso a tremenda "catástrofe", y, podrán con suficiencia de argumentos tratar todo este complejo problema que nos tiene ad portas de la desaparición de vida en el planeta, nosotros desde una lógica elemental reflexionamos con indignación.
Frase: "Cualquier cosa que sea contraria a la naturaleza lo es también a la razón, y cualquier cosa que sea contraria a la razón es absurda" Spinoza B.
Reconocido,
Rigoberto Escudero Osorio
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