Grecia: El nacimiento del mito
Señor director:
El discernimiento es el mayor y más valioso regalo que el ser humano ha recibido, a través de él, el hombre entiende, existe, crea y evoluciona al percibir las diferencias que existen entre varias cosas. El conocimiento sin embargo, por más amplio y profundo que sea, tiene límites. El hombre en épocas pretéritas era sediento de conocimiento, pues se sentía indefenso y vulnerable, perdido en la inmensidad de su mundo enorme. El ser humano siempre ha sentido el interés por saber el principio y el final del universo, así como de todos los fenómenos inexplicables que no podía domar. Usando su inteligencia, el hombre intentó dar con las explicaciones que ha venido buscando desde los albores de su existencia. Estudiando las primeras informaciones que venían de su entorno inmediato adquirió conocimientos y experiencias y cuando eso no alcanzaba, usó la imaginación, creando el “mito”. Necesitaba del “mito”, pues este era su propia verdad. La fe en él le dio la certeza necesaria para el mundo que creó en su alrededor, usando el mito como una narración que nos informa y nos explica el antiguo orden del mundo.
Por muy raro que parezca el “mito griego”, no es puro “cuento”, representa épocas remotas, que completa lagunas históricas y es el índice del nivel cultural de cada época.
Las costumbres, tradiciones, la religión y las supersticiones de un pueblo cuya historia se remonta a miles de años, no son “mitos”. Puede que los dioses y las proezas fantásticas de los héroes contra los seres sobrenaturales haya sido fruto de la ficción, partían sin embargo de una gran verdad según la cual en este rincón del mundo había gente que siglos antes de Cristo, construían ciudades, vencían a los elementos de la naturaleza, fundaban colonias, creaban obras maestras de arte, cultivaban el cuerpo y el espíritu, aquellas gentes eran los griegos. Cuando se habla de las murallas ciclópeas de la edad micénica, enseguida uno se da cuenta de que dicho mito existe puesto que se trata de una obra casi sobrehumana para aquel entonces, una obra que solo seres enormes como los Cíclopes habrían podido realizar.
Las narraciones de Homero en sus epopeyas inmortales, La Ilíada y La Odisea, son producto del patrimonio cultural milenario, de la imaginación y del discernimiento humano de quienes vivieron 3.000 años atrás. La humanidad quedó sorprendida ante los hallazgos que trajeron a la luz las excavaciones de Troya, llamada hoy Hisarlik (Turquía) y Micenas (Grecia) que constituyen la prueba del esplendor y la grandeza de aquellas ciudades, de sus guerras y sus héroes que allí vivieron antes del año 1.200 a.C.. Entonces surgió la esplendorosa Troya del rey Príamo, tal como lo describe Homero, con la tumba de los reyes Atreo y Agamenón, llena de piezas de oro.
La palabra “mitología” es griega y es común en los demás idiomas, demostrando de este modo el valor universal de ese tesoro cultural que subsiste hasta nuestros días. La herencia de Homero y Hesiodo, de las grandes tragedias, de la lírica y de tantos otros escritores antiguos, es el orgullo de la raza humana, porque sin estos, no existiría la cultura europea y occidental y sin ellos, la literatura universal sería bastante pobre.
Fernando García Cuartas
Envigado
Casualmente cayó a mis manos un número monográfico de la revista Semana dedicado a Envigado. Los manizaleños decimos que nuestra ciudad es el mejor vividero del mundo, pero la portada de la revista señala que Envigado es el mejor vividero de Colombia. Su principal iglesia parroquial es la basílica de Santa Gertrudis Magna, que no tiene que envidiarle a ninguna iglesia de Europa. El que quiera degustar un desayuno insuperable, que se dé una pasadita por la plaza de mercado de ese municipio del valle de Aburrá (no del Aburrá): calentado de frisoles con tocino o con garra, arepa y chocolate espeso.
Don Cecilio
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